El corazón forma parte del sistema cardiovascular. Se trata de un órgano del tamaño de un puño que llega a bombear aproximadamente siete litros de sangre diarios. Este pequeño y potente músculo es el encargado de impulsar la sangre hacia los tejidos, órganos y células del cuerpo; de ahí la importancia de cuidarlo para que funcione correctamente. ¿Cómo se lo cuida? “Lo más importante es adoptar hábitos saludables que incluyan una adecuada alimentación, actividad física regular, no consumir tabaco y realizar controles médicos periódicos”, explica María Fernanda Notaristéfano (MN 108.205), cardióloga de Consultorios Maschwitz.
Factores de riesgo
“Se trata de factores que aumentan la probabilidad de sufrir enfermedad cardiovascular: los antecedentes familiares, la edad, la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol elevado, el tabaquismo, el sedentarismo, el estrés y la obesidad”, señala Notaristéfano.
Dejar de fumar es importante para la salud del corazón ya que, además del daño que provocan en los pulmones, la nicotina y el monóxido de carbono pueden provocar un infarto de miocardio o una angina de pecho. En el caso de la hipertensión, esta puede deberse a antecedentes familiares, al exceso de peso, la obesidad, el estrés, la mala alimentación o el sedentarismo. La presión arterial normal en adultos –en un corazón relajado– debería ser de 120 mm Hg y de 80 mm Hg. Si es alta, el esfuerzo que debe hacer el corazón para bombear la sangre es mayor, lo cual aumenta el riesgo de dañarlo.
Otro de los factores que alteran su salud es el colesterol elevado, que puede deberse al exceso de peso, la obesidad y los antecedentes familiares. Con niveles altos de colesterol, estamos expuestos a que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos.
El último de los factores es la diabetes. Se trata de una enfermedad que se presenta cuando el páncreas no puede fabricar la cantidad de insulina necesaria para absorber la glucosa de los alimentos. Esto produce un aumento de glucosa en la sangre que provoca un daño en los vasos sanguíneos y un estrechamiento de las arterias.
Controles médicos
Entonces, ¿quiénes deben visitar al cardiólogo para chequear su corazón? “En pacientes que no presenten factores de riesgo cardiovascular, lo recomendable es comenzar los controles después de los 40 años, justamente con la finalidad de pesquisarlos y comenzar con un plan de prevención que permita adelantarse a la aparición de enfermedades cardiovasculares”, dice la cardióloga. En estos casos, en la consulta cardiológica anual se solicitan estudios de laboratorio y un electrocardiograma.
Por su parte, las personas que presenten algún factor de riesgo deben iniciar los controles antes de los 40 años; a ellos se les suma un ecocardiograma doppler y una ergometría de 12 derivaciones. El ecocardiograma doppler le sirve al médico para observar las cavidades del corazón, sus estructuras y su funcionamiento. La ergometría –o prueba de esfuerzo– se utiliza para evaluar la respuesta del corazón ante el ejercicio. Así, el estudio pone de manifiesto alteraciones cardiovasculares que no están presentes cuando la persona está en reposo pero que pueden aparecer con la actividad física. Este estudio también se indica en aquellas personas que van a practicar algún tipo de ejercitación física, para evitar inconvenientes de salud.
Las recomendaciones para cuidar el corazón son iguales para todos, pero en quienes tienen más de 50 el cardiólogo presta mayor atención a los factores de riesgo. Los tratamientos para cada corazón varían de acuerdo con los diagnósticos.
Alimentación y actividad física
Si la humanidad le prestara atención a su alimentación y a la actividad física, gran cantidad de enfermedades disminuirían. Los médicos siempre recomiendan tener en cuenta estos factores a modo de cuidar la salud y prevenir enfermedades. “La alimentación poco saludable como las comidas con alto contenido de sal, grasas y alimentos procesados, elevan el riesgo de padecer obesidad y sus enfermedades asociadas, como la hipertensión arterial, las dislipemias y la diabetes. Así aumenta el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular. Entre las más importantes: infarto agudo de miocardio o accidente cerebrovascular”, señala Notaristéfano.
Entonces, evitar las frituras, la comida chatarra, las bebidas cola y el alcohol, por un lado; e incrementar el consumo de aceite de oliva y el pescado son factores que ayudarán a cuidar nuestra salud. Por otra parte, el ejercicio físico –que incluye subir escaleras y algo tan sencillo como caminar– tiene múltiples beneficios: “La actividad física regular permite mantener un peso saludable, mejora el rendimiento muscular, mejora el control de la hipertensión arterial, la diabetes y el colesterol elevado. A esto hay que sumarle el beneficio psicológico, la mejora de la autoestima y la reducción de los niveles de estrés”, concluye la especialista.
Para tener en cuenta
Verduras y frutas. Comer vegetales y frutas refuerza la salud del corazón. Los especialistas recomiendan cinco porciones por día.
Moverse media hora. Media hora diaria de ejercicio ayuda a mantener sano el corazón. Una caminata, un trote, subir y bajar escaleras o ir al gimnasio, todo sirve. Los estudios demuestran que 90 minutos de actividad física semanal reducen al 50% el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Descanso. Un sueño reparador cuida al corazón. La recomendación es dormir ocho horas diarias. Esto varía igualmente según las edades.