¿Cómo cuidarnos?

Qué pasa cuando el cuerpo no puede eliminar los líquidos de forma correcta.

Retención de líquidos

Qué pasa cuando el cuerpo no puede eliminar los líquidos de forma correcta.

Tenés las piernas hinchadas? ¿Sentís pesadez, molestias o falta de circulación en tu cuerpo? Si la respuesta es un sí rotundo, seguramente debas hacer una consulta para saber si padecés retención de líquidos. Ahora bien, ¿por qué se produce este fenómeno? La retención de líquidos no es una enfermedad sino un síntoma muy común que ocurre como consecuencia de la acumulación de líquido en alguna zona del organismo (concretamente, en los tejidos o cavidades), ya sea por diversos trastornos cardiovasculares, renales o gastrointestinales que no permiten una buena circulación.

Según nos explica Daniel Caro, médico clínico especialista en nutrición, el agua es el elemento más abundante del organismo (alcanza el 72 por ciento del peso corporal de un adulto) y está distribuida en tres grandes compartimientos: el intracelular (dentro de las células), el intravascular (dentro de los vasos sanguíneos) y el intersticial (que se encuentra entre ambos, o sea en los tejidos que rodean a las células). Todos estos compartimentos están separados por una membrana semipermeable que permite el paso de líquidos. La retención se produce cuando existe un desequilibrio entre las fuerzas que regulan el paso de un compartimiento a otro. Es decir, es la consecuencia de la acumulación de líquido claro en los tejidos del cuerpo.

Por medio de un complejo sistema de hormonas, el organismo ajusta constantemente los niveles de líquido para que se mantenga de forma estable. Por eso, si se bebe más agua de la cuenta, no sucede nada, ya que esta es eliminada por los riñones en forma de orina o a través de las glándulas sudoríparas. El problema surge cuando, por algún motivo, el cuerpo es incapaz de eliminar el líquido necesario para mantener este equilibrio y comienza a acumularse en los tejidos de forma anómala.

Sus causas

Las causas de este molesto síntoma pueden variar según cada caso, sin embargo, las más comunes son:

Embarazo

Sedentarismo

Trastornos hepáticos, cardíacos y renales

Estrés (la angustia y los nervios desequilibran el sistema hormonal).

Consumo de ciertos medicamentos (anticonceptivos orales, corticoides y antiinflamatorios).

Factores climáticos (las fluctuaciones de la presión atmosférica y las altas temperaturas).

Cuando uno empieza a experimentar estas molestias, lo más recomendable es acudir al médico para una evaluación y diagnóstico temprano. Sin embargo, hay algunos trucos caseros que nos ayudan a reducir o a evitar la retención de líquidos y mejorar nuestro día a día.

¡Tomá nota!

Evitá el sedentarismo: es recomendable hacer ejercicio al menos 30 minutos diarios. La natación, el ciclismo y el yoga son actividades muy beneficiosas, ya que activan la circulación en las piernas. Si trabajás sentada durante largos períodos, levantate al menos cada media hora y da unos pasos a tu alrededor. Si esto es imposible, mové los dedos de tus pies de arriba abajo para que los músculos de tus piernas ejerzan una acción de bombeo.

Hidratate bien: mantener una buena hidratación ayudará al organismo a realizar correctamente sus funciones. Bebé al menos dos litros de agua por día y, si es mineral, elegí una que sea baja en sodio.

Cuidá tu alimentación: consumí alimentos ricos en potasio, como las frutas, las verduras y las legumbres. Reducí la ingesta de alimentos ricos en sodio como los embutidos, las conservas, los ahumados y los alimentos precocinados. ¡Sacar el salero de la mesa es clave! Tip: Para que tus comidas no resulten insípidas,  realzá el sabor de los alimentos con hierbas aromáticas, vinagre, limón, ajo o cebolla.

Usá ropa cómoda: evitá usar prendas ajustadas durante tiempos prolongados. A largo plazo, el uso de este tipo de indumentaria puede favorecer a la aparición de varices y otros problemas de salud. En lo posible, también evitá dormir con ropa interior o medias.

Recurrí a las medias de descanso: es aconsejable colocarlas por la mañana antes de arrancar con las actividades, dado que si las utilizamos cuando el edema ya está instalado no servirán de mucho. La idea de las medias es prevenir la formación del edema, especialmente en aquellas personas con actividades sedentarias.

Elevá las piernas varias veces al día: esta práctica mejorará el aspecto de los tobillos hinchados. Se deben colocar los pies por encima de las rodillas y estas últimas por encima de las caderas, es decir, entre los pies y la cadera debe formarse un ángulo agudo.

¿Mito o realidad?

La única manera de despojarse de la retención de líquidos es tomando agua (Mito): tomar agua no elimina más líquidos, se recomienda porque es útil. El organismo es inteligente y, si toma tres litros, elimina tres litros; es decir, en equilibrio normal, la cuenta tiene que dar cero. Si hay edema o una falla por enfermedad, el balance no da cero y se produce la retención.

Cuanto mayor es el peso corporal, mayor es la probabilidad de retener líquidos (Realidad): esa predisposición disminuye si la persona es delgada, excepto que haya causas directas, como toma de anticonceptivos, insuficiencias renales o afecciones cardíacas, por ejemplo.

Los hombres también pueden padecer este síntoma (Realidad): aunque siempre la mujer es la que tiene más chance, por un efecto hormonal, sobre todo en el embarazo o con la llegada de la menopausia, cuando se produce una carencia absoluta de estrógenos.

Hinchazón es lo mismo que retención (Mito): Es habitual confundir hinchazón con retención, pero es importante saber que si consumís dos litros de gaseosa, vas a tener la panza hinchada por gases, lo cual no significa que haya retención.

Existen tratamientos y aparatología de última generación no invasiva para combatirla (Realidad): la ultracavitación, la radiofrecuencia, el drenaje linfático manual y las botas neumáticas de descompresión ayudan a mantener tus piernas sin líquidos.

Durante el embarazo

Es muy común padecer retención de líquidos en el periodo de gestación. Al menos el 50 por ciento de las mujeres lo sufre en algún momento, sobre todo durante el tercer trimestre. Todo este desarreglo es consecuencia de los drásticos cambios hormonales y se suele manifestar con una ligera hinchazón en los tobillos y pies. Si la hinchazón es excesiva y se amplía a la zona de las manos y la cara, hay que acudir al médico sin demora.

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