Para conocer

PUNILLA

De una belleza impactante y una diversidad topográfica abrumadora, el valle se compone de infinidad de pueblos y ciudades de muy diversos tamaños que construyen un abanico excepcional de atracciones para todos los gustos.

PUNILLA

El valle que deslumbra

De una belleza impactante y una diversidad topográfica abrumadora, el valle se compone de infinidad de pueblos y ciudades de muy diversos tamaños que construyen un abanico excepcional de atracciones para todos los gustos.

Una de las tantísimas leyendas que se replican en Córdoba asegura que el lago San Roque es la puerta de ingreso al valle encantado: el de Punilla lo es, verdaderamente. En el extremo sur de la región de las Sierras Pampeanas, a solo minutos de su capital provincial (37 km), es uno de los circuitos serranos más populares del país.

El lago San Roque: por la RN 20 se llega a ese excepcional espejo de 16 km2 embalsado por un dique, suministro de agua potable y de riego de 33.000 hectáreas, a la vez vía de generación de energía hidroeléctrica, que la constituyen en la obra de ingeniería más importante de Sudamérica. Pero el alma del valle es Villa Carlos Paz, que se erige entre el lago y el cordón montañoso de las Sierras Chicas, al este, y las Grandes al oeste. Tierra de comechingones y otros pueblos originarios, convertida en un centro turístico serrano incomparable, con una enorme diversidad de atracciones y posibilidades de confort, con lugares tan particulares como el Camino de las Cien Curvas o el reloj Cu-Cu, su vida al aire libre, paseos céntricos, amplia propuesta cultural, alternativas nocturnas o su gastronomía, en la que gravitan sus inigualables truchas arcoíris o marrones y el salmón encerrado.

Desde allí, entonces, proponemos un raudo recorrido por el valle… Hacia el noroeste, por la RN 38 se encuentra un abigarrado racimo de lugares muy recomendables. El primero es Bialet Massé, ubicado al pie de las Sierras Chicas, junto a la Villa Parque Síquiman, en un recodo del río Cosquín. Luego se llega a Santa María, afamada por su Fiesta de la Avicultura, su parroquia y sus edificios antiguos. Para arribar luego de tres kilómetros a Cosquín, la capital del folclore, que no solo convoca año tras año a miles de turistas para la celebración del festival musical más importante del país, sino que también atrapa por su clima originado por su ubicación en el valle, a la vera del río Cosquín y a los pies del cerro Pan de Azúcar, como así sus múltiples balnearios y la posibilidad de realizar trekking, avistaje de aves o pesca deportiva.

 Molinari, a escasos 4 km de allí, impacta por su belleza, sus relieves accidentados y los bosquecillos frondosos que enmarcan su tradicional serenidad serrana. En cambio, Casa Grande invita a deslizarse por sus suaves ondulaciones y a disfrutar del avistaje de infinitas variedades de zorzales, tordos, jilgueros, benteveos y tijeretas. Valle Hermoso tiene su antigua Capilla de San Antonio, construida en 1805, y la Reserva Lampatu Mayu. Y llegamos luego a La Falda, otro epicentro serrano muy popular que, junto con Huerta Grande, ofrece sus tres embalses, su balneario, sus ondulaciones leves, su tupida vegetación autóctona y sus residencias gremiales, que en la década de los setenta le dieron un singular impulso turístico.

Si se recorren otros cuatro km está la tradicional Estancia La Berna, con su punto panorámico, campo, buen alojamiento y gastronomía, para arribar luego al llamado Jardín de la Punilla: Villa Giardino impacta por su belleza y colorido. Se encuentra a la vera del arroyo Los Quimbaletes y ofrece sus múltiples y misteriosos senderos; la Feria de Productores de la Plaza San Martín, el Reloj Floral, o el no menos multicolor Molino de Thea. Un pequeño desvío nos lleva a Los Cocos, donde se puede ascender por la aerosilla para admirar la deslumbrante belleza de la región. Cruz Grande y Cruz Chica son otras dos villas caracterizadas por el encanto serrano. Finalmente llegaremos a La Cumbre, con su colorido y su elegancia.

Si rumbeamos a las altas cumbres, encontraremos las casas antiguas y callecitas angostas de San Esteban; Charbonier, con sus yacimientos arqueológicos, el Valle del Silencio y Las Cuevas de Ongamira; para llegar a Capilla del Monte y al cerro Uritorco (ver recuadro) con la capilla que le otorga su nombre a la ciudad, levantada hace cinco siglos con el nombre de Iglesia de San Antonio de Padua. Así arribamos a las dos últimas localidades del extremo norte del valle, que son Cruz del Eje, llamada la Cuenca del Sol, y San Marcos Sierra, donde, según la leyenda, se debe “caminar despacio y apreciar el aroma de los árboles, las frutas y las flores”.

En cambio, hacia el este del San Roque se encuentra el Parque Síquiman, que es un lugar mágico, con playas y balnearios propicios para deportes náuticos. O Tanti, un pintoresco pueblo de casi 5.000 habitantes enclavado en las Sierras Grandes, característico por sus cascadas y saltos. Cabalango y Santa Cruz son dos enclaves serranos encantadores. Independencia, Las Jarillas y San Antonio de Arredondo, cercanos la gran villa, ofrecen su enorme diversidad de playas. Mayu Sumaj es más agreste, como Tala Huasi y Cuesta Blanca, rodeadas por las altas cumbres, que brillan con sus aguas cristalinas. Finalmente hallamos a Los Gigantes, considerado el gran balcón a las sierras.

En definitiva, bosques de mil tonalidades de verdes, naturaleza desbordante, aire puro y sano, apacibles lagos, ríos y arroyos, miles de ollas y cascadas, cerros místicos y el confort propio de las regiones más convocantes, todo rodeado de una belleza deslumbrante: eso es el Valle de Punilla.

El cerro mágico

El Uritorco (que en quichua significa “cerro de los loros”) se encuentra a 74 km de Carlos Paz. Un sitio emblemático por sus cualidades energéticas, las prácticas esotéricas y el avistaje de ovnis. Son terrenos ricos en cuarzo, feldespatos y turmalinas que acumulan prodigiosas cargas energéticas. La leyenda dice que bajo el cerro se halla Erks, una muy antigua ciudad subterránea. Unas 30.000 personas lo visitan cada año. Se puede dormir en el refugio, ubicado en el Valle de los Espíritus (en el quinto descanso). Otra posibilidad es hacer una excursión nocturna con guía. Es una de las Siete Maravillas Naturales de la provincia de Córdoba.

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