No fue amor a primera vista: se habían conocido estando los dos comprometidos con otras personas. Guillermina Valdés venía de una larga relación con el productor Sebastián Ortega, padre de sus tres hijos: Dante, Helena y Paloma. Marcelo Tinelli, por su parte, tenía a Micaela, Candelaria, Francisco y Juana, fruto de dos matrimonios anteriores. Cada uno ya había hecho su vida y se encontraban transitando una nueva etapa. Se auguraba, entonces, que avanzarían a paso lento, enfrentando las críticas por el estrecho vínculo previo que había existido entre el famoso conductor y el ex de la modelo. Sin embargo, desde que volvieron a encontrarse supieron algo que el resto de la Argentina no percibió: lo de esta pareja era mucho más que un simple flechazo. Era el comienzo de una gran historia.
A palabras necias, oídos sordos
Recientemente separada y cultora de un bajo perfil, Valdés coincidió con Tinelli en una reunión multitudinaria en un restaurante de Palermo. Fue esta la oportunidad para conversar un poco más profundo. Quedaron en contacto y los regalos del conductor no tardaron en llegar. Tampoco las cenas juntos. Hasta que una vez, volviendo de Miami, él decidió hacer escala en Brasil para encontrarse con ella. Ya no les importó ser vistos juntos en Aeroparque, y se suscitó el escándalo. Es que el conductor de Showmatch y Sebastián Ortega habían forjado un estrecho vínculo laboral, ya que fueron socios durante cinco años. ¿Estaban los tórtolos yendo contra alguna regla no escrita de lo que se puede o no hacer cuando de relaciones de pareja se trata? En los medios nadie se privó de opinar. Incluso, el hijo de Palito habló de traición y falta de códigos.
Lo cierto es que los flamantes novios, ya habiendo blanqueado, comenzaron a vivir su relación con total libertad. Pero a los cuatros meses llegó la crisis, y con ella, los comentarios: que no eran compatibles, que estaban condenados al fracaso desde el comienzo. Sin embargo, volvieron a apostar a la pareja, en un vínculo que Guillermina describe como “de aprendizaje mutuo y permanente”, en el que la clave es la comunicación. “Siento que hoy elijo con quién y cómo compartir, con convicción plena. Cuando ese elegir es sano y legítimo, decís: ´quiero morir al lado de esta persona´. Eso es el amor», manifestó ella, para quien el vínculo con Marcelo es “más adulto, más elegido”. Él tampoco se queda atrás a la hora de alabar a su compañera. “Mi vida es mucho más linda desde que te conocí. Me encanta compartirla con vos”, le declaró ante las cámaras del programa Cortá por Lozano.
Una familia ensamblada
Congeniar tiempos y gustos entre todos, reconocen que fue un desafío. “Tratamos de separar lo que son sus cuatro hijos de los tres míos. Eso es básico. Mis hijos tienen su papá y los suyos tienen su mamá”, contó Valdés. A su vez, admitió que “Marcelo es más tano familiero y yo soy más independiente. Me encanta estar en familia, en pareja, pero si una Navidad no podemos estar todos juntos porque alguno viaja, lo tomo mejor. Él lo sufre un poco más”. Además, como las edades son dispares (desde 14 hasta 31) armaron un chat grupal que usan para invitar a participar de las diferentes actividades y salidas que organizan, sin presionar a nadie.
Sin embargo, aún faltaba escribir un capítulo más de esta historia. Para sorpresa de todos, en 2013, dos años después de blanquear su romance, anunciaron la feliz noticia de que esperaban un hijo juntos. “Es uno de los días más hermosos y maravillosos de mi vida”, twitteó el conductor cuando nació Lorenzo, a quién presentó recién el año pasado delante de las cámaras y que le enseñó a ser padre después de los 50. “Cada vez que lo veo, vuelvo a reírme y a emocionarme«, dijo sobre el pequeño del clan, que es hoy su debilidad. Orgulloso, comparte fotos de él en sus redes sociales corriendo en la playa, alentando a su amado San Lorenzo o divirtiéndose en el backstage del programa.
¿Casamiento en puerta?
Congeniando vida familiar y laboral, Guillermina y Marcelo se acompañan en cada uno de sus proyectos. Mientras él continúa con su exitoso ciclo televisivo y coquetea con su ingreso en la política, ella dejó atrás su breve período como actriz y se convirtió en empresaria. Hoy se dedica a su marca de zapatos Valdez y al lanzamiento de su línea de cosméticos. “Es bastante demandante la cuestión –reconoció–. Esto de generar productos como yo quería, con componentes activos naturales, no testados en animales, sin parabenos, sin sulfatos, mineral oil free, me llevó mucho tiempo. Pero por suerte todo será como lo soñé y estoy orgullosa del resultado logrado«.
Además, aún con altibajos y rumores de separación, la pareja confesó sus ganas de formalizar. “La posibilidad siempre está. No sé si en el 2020. Los dos sentimos mucho amor, hemos formado una familia hermosa, nos queremos y nos cuidamos. Sería una linda confirmación», dijo Tinelli, quien, de hecho, sorprendió a su mujer con un par de alianzas de oro rosa como una forma más de manifestar a diario su compromiso. Y, aunque Guillermina reconoce que él es el más romántico, tampoco descarta la idea del casamiento. “Estamos tan bien así. Pero… ¿Quién sabe? Tal vez en algún momento de la vida nos resulte divertido”, insinuó, reconfirmando que esa relación tan impensada por otros es la más real para ellos.
Sin convivencia
Según contaron, desde el primer momento tomaron la decisión de no vivir juntos, sino a dos pisos de distancia, en el mismo edificio. Eso les permite que exista armonía en su familia ensamblada –ya que todos tienen su espacio– y compartir juntos las noches que eligen. “No digo que sea la mejor forma de convivir, sino la que a nosotros nos resultó», explicó Valdés.