Se conocieron, hace 12 años, grabando la tira juvenil Casi ángeles. De hecho, su primer beso fue para la ficción, que producía Cris Morena y era un éxito internacional. Fue tal el flechazo que Nico, en ese momento casado con la actriz Mercedes Funes, anunció al poco tiempo su separación. Gime, mientras tanto, estaba soltera, y decidida a compartir los días con ese hombre tan entrador y simpático como dulce y sensible. Lo que comenzó como un rumor se confirmó cuando los pescaron in fraganti en una escapada romántica en Córdoba.
Talento y pasión
Día a día, su amor fue creciendo a la par de su carrera. Ella, hija única y deseada, estudió actuación desde la infancia y perdió a su madre muy pronto. Un golpe que, dice, tuvo mucho que ver con su crecimiento, así como el hecho de trabajar en los medios desde los 14 años. Una niña en un ambiente de adultos. Él, siete años mayor, se convirtió rápidamente en galán, desde su debut en el programa Dibu. Si bien solo dijo tres palabras, el orgullo de su padre fue tal que lo llevó a festejar a una cantina de Palermo. “Comimos más de lo que podíamos pagar con lo que yo iba a cobrar”, recuerda. Es que así son los Vázquez, tan unidos como fanáticos del club River Plate. A esa familia entró Gimena, sin saber que, junto con Nico, pronto se convertirían en una de las parejas más buscadas y queridas del ambiente.
Cultores del perfil bajo, a través de las redes sociales dejan ver un poco de su cotidianeidad, lo que los acerca más a su público. Como cuando compartieron un posteo súper romántico de su viaje por Europa, que se ganó miles de “Me gusta”. Aunque tampoco faltan las burlas y las risas compartidas. Así son ellos, frescos, humildes y sencillos. Brindan notas, sin exponer demasiado de su intimidad. De hecho, Nico reveló recientemente un dato que se desconocía: en 2014 estuvieron un tiempo separados. Dijo que se veían poco y que “el despegue de energías provocó fricciones”. Sin embargo, pudieron superarlo y en 2016 sellaron los casi 10 años de amor con un casamiento frente al mar, donde no hubo anillos. La pareja prefirió tatuarse una cruz en el dedo anular. «Momento único e inolvidable. Todo perfecto, pero sobre todo, verdadero y puro”, resumió él.
Golpes y caídas
Como dicen, las personas se conocen en las buenas, y en las malas, mucho más. Gime y Nico no estuvieron exentos de atravesar duelos, de los que salieron mucho más fortalecidos. Quizá uno de los momentos más duros fue la muerte de Santiago, el hermano menor de los Vázquez, quien falleció de muerte súbita (por una enfermedad congénita que desconocía tener) mientras estaba de vacaciones en Punta Cana, apenas días después de la boda en Mar del Plata. Entonces, Nico se recluyó en su familia, y fue su mujer el sostén más importante. “En ese momento hice lo que había que hacer: acompañar y contener. No sé si fui un gran puntal: me quedé apoyando”, detalló ella, que lamentaba también la partida de aquel joven al que tanto quería.
Pero no fue este el único dolor, ya que tiempo antes habían sufrido la pérdida de un embarazo. “Habíamos pasado los tres meses riesgosos, sabíamos hasta el sexo. Estábamos en la zona de tranquilidad. Fue muy duro. Lo atravesamos como cualquier duelo, llorando mucho“, recordó la actriz, quien aún sueña con ser madre. También Nico volvió a recuperar la vitalidad, la sonrisa y el deseo de tener un hijo. «Tengo muchísimas ganas de ser papá, estoy con muchísimo amor para dar. Necesito focalizarme en mi familia con Gime, en seguir agrandándola. Vamos por eso», sostuvo hace poco el actor, que definió a Accardi como una mujer muy fuerte y sensible a la vez. “Es increíble –reflexionó–, tuve mucha suerte de que me elija».
De a dos
Atentos a las nuevas modas que se imponen en la farándula, como el poliamor, ellos siguen apostando por lo clásico cuando se trata de los códigos de pareja. «No me puedo imaginar a mi marido con otra. Mejor que no me entere», sentenció Gimena. Sin embargo, también aclaró que no descarta perdonar una infidelidad. «Tendría que ver –anticipó– el contexto y cómo es”.
Sin prisa y sin pausa
Mientras esperan que la feliz noticia los sorprenda, los jóvenes continúan creciendo profesionalmente. Nico se consolida como productor y director, luego del suceso teatral El otro lado de la cama, que protagonizaron juntos y se caracterizó por su cercanía con el público, tanto dentro como fuera de la sala, donde intentaron devolverle el cariño demostrado cada noche. Sin embargo, para su segunda apuesta, Accardi optó por acompañar tras bambalinas a su amor, quien la comprendió y consideró una buena idea resguardar a la dupla. Lo que no impidió que Una semana, nada más fuera otro éxito que logró ubicarse primera en recaudaciones. Así fue como Vázquez decidió abrir su propia productora y se aventura a nuevos desafíos.
A Gime, en tanto, no le faltan propuestas de cine, teatro y televisión, y ya tiene la agenda completa para este año. También la convocan para protagonizar publicidades, porque puede vender desde un yogurt hasta toallitas femeninas. Justo a ella, que dice ser desapegada de lo material. “Si compro un jean -contó–, cuando vuelvo a casa me deshago de uno usado. Algo entra, algo sale. Hay que dejar ir». Además, reabrieron el bar Marlon en Palermo, al que definen como un lugar de encuentro. Es que si hay algo de lo que saben es de crear momentos. Aunque sin perder la frescura. Como cuando ella dudó si la propuesta de casamiento era verdad, porque al poco tiempo de salir él ya había sacado un anillo simplemente para representar que la elegía. Y así, en las buenas, y en las malas mucho más, se siguen eligiendo.