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Reina Reech

Volvió al escenario con El show de la menopausia. Su búsqueda espiritual y la habilidad para ser fiel a su deseo.

Reina Reech

“Me gusta la vida puertas adentro”

Volvió al escenario con El show de la menopausia. Su búsqueda espiritual y la habilidad para ser fiel a su deseo.

Cuarenta minutos después del horario previsto, el taxista que trae a Reina Reech al encuentro sigue dando vueltas sin encontrar el destino. Ella, a quien el tránsito porteño la perturba especialmente y le genera ansiedad, empezó a inhalar y a exhalar profundamente, convencida de que la respiración es una herramienta para lograr la armonía interna. Puso el GPS en su teléfono, lo dejó en altavoz y le dijo al hombre que siguiera las indicaciones. “Él quería doblar dos o tres cuadras antes, por eso se perdía, porque no le hacía caso al GPS”, se ríe. Estar en control, a veces, tiene que ver con dejarse guiar. Reina entra al estudio sonriente y bien dispuesta. Acaba de caminar por la cuerda floja del caos cotidiano sin caerse.

 

¿Cómo imaginás que será 2019?

Estamos pasando un momento difícil, pero cuando uno va con una sonrisa recibe eso, hay que enfocarse en las cosas que te dan alegría. Creo profundamente que la semilla la pone cada uno, es muy cómodo decir por esto o por aquello; no, yo no pongo afuera el caos. Tu felicidad, tu centro, tu alegría dependen de tu templanza.

Hay una palabra que te identifica: movimiento, empezando porque tu papá era acróbata.

¡Ay, el negro divino!

 

De algún modo, también vos sos una acróbata de la vida y la profesión.

(Sonríe) Para el cumple de papá, subí una foto en la que él me tiene arriba (sosteniéndola con una mano). Me hacía acrobacia desde que nací, por eso cuando me revoleaban arriba de un escenario, no me daba vértigo ni nada. En esa foto debo tener un año y medio.

 

Hay que enfocarse en las cosas que te dan alegría.

 

¡Se te ve a vos erguida y quieta!

En acrobacia tenés que mantener el eje… ¡Mirá, casualmente hablando del centro! Pero lo más importante de todo es que mi viejo era un hombre espiritualista, él me dejó mi pasión desde muy chiquita por lo espiritual. Mi papá me curaba con las manos. Después de millones de años, nos enteramos de que a eso le dicen reiki, que es el fluido de la energía, y lo he utilizado con mis hijos (Juana y Bautista) y ahora con Toro (Toribio, su nieto de dos años).

 

Parecés una mujer muy aguerrida.

¡Por ser tan vulnerable! Soy muy introspectiva, muy de mundo interior y mucha imaginación. Ese es mi don, que tiene que ver con la creatividad. Después, uno lo puede desarrollar escribiendo un programa de televisión, haciendo obras de teatro…

 

Por eso te decía lo de la acrobacia, diste vueltas sobre vos misma a nivel creativo.

Absolutamente. Desarrollo la creatividad haciendo una rica receta, creando Colores o Las reinas del streep. La creatividad no tiene límite, porque es cuando conectás con el universo.

 

Fuiste creativa para no dejarte encasillar. Colores podría haberte encapsulado en los infantiles; sin embargo, volviste a subir al escenario con las plumas.

Sí, y ahora estoy haciendo El show de la menopausia y pongo la creatividad en mi actuación, en las canciones, en el juego con mis compañeras Martha González, María Valenzuela, Ernestina Pais y Claribel Medina, una bomba el elenco.

 

¿Cómo viviste vos la menopausia?

La tuve a los 52 y me tiró ocho kilos encima; tuve los calores, que todavía tengo, me pegaron muy mal, me despertaba tres o cuatro veces a la noche.

 

¡¿Te despertaban!?

Sí, en pleno invierno iba a abrir la ventana, me desvelaba, me daba irritabilidad los primeros dos años.

 

La creatividad no tiene límite, porque es cuando conectás con el universo.

¿Qué te generaba el verte más rellenita?

Soy de piernas flaquitas, entonces si me vestía con cosas sueltas, me sentía regia. Pero en julio fui a Israel, viajé con dos amigas flacas y veía que en el desayuno yo me servía dos medialunas, dos tostadas y un cuadradito dulce, y ellas comían una tostadita, una medialunita y punto. Y me fui mimetizando; cuando terminé el viaje ya estaba comiendo menos y más saludable y tenía tres kilos menos. Juana estaba haciendo una dieta por WhatsApp y me metí en el grupo.

 

¿Un grupo de WhatsApp para adelgazar?

¡Exactamente! Tener que poner el peso en el grupo todos los días hace que si estás por arruinar la dieta, digas no. Así que me metí y ahora estoy en mantenimiento. Tengo casi nueve kilos menos que en los últimos siete años, estoy contenta.

 

¿Estás en pareja?

Ahora estoy sola, estoy súper open, tengo mi corazón abierto. Si el universo escucha que vos buscás, te va a dejar buscando toda la vida, en cambio, si decís “encuentro”… Dios creo diciendo: “Que haya luz”, y hubo luz. La palabra, el verbo, la escucha, el verbo es súper importante.

 

Vos te sabés una mujer sexy, ¿no?

Creo que la sensualidad es inconsciente, que al que se quiere hacer el sexy, le sale pésimo. Sos o no sos.

 

¿Intentaste ser lo que no eras alguna vez? ¿Te pusiste en pose de algo?

Toda la vida (sonríe)… Uno no muestra realmente lo que es; en el caso de las figuras públicas, es tanto lo que actúa el inconsciente colectivo que la gente no termina sabiendo bien quién sos.

 

Tu papá falleció el mismo año en el que nació  Juana, ¿cierto?

Sí, Juana tenía seis meses, yo estaba haciendo una tira con Grecia Colmenares y Ricardo Darín y ahí fue que me enteré que papá había tenido el accidente (en moto). Después de ahí nos fuimos con Nico a Paraguay.

 

¡Cuánto cambio y movilización ese año para vos!

El cambio es lo que me parece lo mejor de la vida, me encanta la mutación permanente.

 

¿Te cuesta más sostener que cambiar?

Mirá, el 20 de febrero me mudo de la escuela de Palermo e inauguro un nuevo espacio de arte, que va a tener escuela y teatro independiente. Durante muchos años, me daba mucho temor mudarme, vamos a ver cómo va. El miedo es el peor enemigo que uno puede tener, uno se empodera cuando se atreve a atravesarlo.

 

¿Cuál fue el monstruo más grande con el que tuviste que batallar?

Lo que me marcó fue que mi vieja se fuera todos los días, entonces yo polaricé y dejé de hacer teatro muchos años para estar con mis hijos y disfrutarlo. Cuando lo tuve a Bauti, me tomé casi ocho años para estar en mi casa, que fue un lujo que me permitió Colores.

 

Más allá del lujo a nivel económico, ¿te preocupaba correrte del medio?

No, no soy adicta a la fama, lo que más me gusta es la vida puertas adentro de mi casa, esa es la que más disfruto.

 

De hecho, estuviste detrás de cámara mucho tiempo.

Eso lo descubrió el papá de Juana; él me hizo hacer Fax por primera vez desde atrás de cámara. Y eso hizo que después yo dirigiera muchos espectáculos. Y durante mucho tiempo elegí crear y dirigir, porque te lleva periodos laborales agudos y cortos.

 

Igual nunca dejaste de lado lo laboral.

Pero es muy diferente cómo lo hice.

 

Por eso te decía de la cintura de encontrar la forma de ser fiel a lo que fuiste queriendo.

Claro, eso también hizo que en 2010 me fuera de Bailando por un sueño. Si tuviera ese ego, esas ganas de estar…

 

¿Te arrepentiste de irte?

A veces extraño lo económico, me encantaba que me pagaran para ver bailar, pero como no soy amiga del caos, estar en medio del caos no me hacía feliz. Me priorizo yo, mi salud mental, física y espiritual. No me va eso de que no importa si hablan de vos bien o mal, que lo importante es que hablen; no estoy de acuerdo. No me gusta generar lo que no me gusta que vuelva, creo en la causa y el efecto.

 

Soy muy introspectiva, muy de mundo interior y mucha imaginación. Ese es mi don.

 

¿Cómo te llevás con el rol de empresaria en Argentina, te cuesta sostener las escuelas?

Hace tres años vendí un departamento para pagar los aguinaldos cuando mi exsocio me dijo que se iba y que no daban los números para pagar los aguinaldos. Reventé un departamento, porque lo malvendí, pero quería que el primero de julio todos cobraran.

 

¿Pensaste en cerrar?

No, en los momentos más difíciles lo que pensé es en no dejar a nadie sin laburo. Yo puedo no ganar un mango y trabajar muchísimo pero la escuela fue un sueño, he tenido épocas de bonanza porque los años de (Marcelo) Tinelli beneficiaron toda la movida; abrí Caballito y Palermo, pero igual hubo años complicados y tengo la suerte de que la gente confía en la enseñanza que brindamos y siguen viniendo y me ajusto con los precios.

 

¿Alguna vez te quedaste sin trabajo?

Siempre tuve trabajo. Mamá también siempre tuvo mucho trabajo, pero por ahí el viejo pasó por momentos más difíciles, lo cual está buenísimo para que uno pueda tener las dos caras de la moneda y saber que en los momentos de bonanza, tenés que seguir siendo humilde y no despilfarrar nunca. Yo he sabido invertir y soy conservadora. También soy muy generosa, me gusta dar porque todo lo que das vuelve multiplicado.

 

¿En qué es experta?

En la creatividad, que la aplico en cualquier lado, y en el espectáculo, porque es lo que más me gusta. También supe crear un trabajo paralelo como son mis tres escuelas. Algo que le decían a mi vieja, Ámbar La Fox, y que aplica conmigo, es ser mulitfacética.

 

 

 

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