Destacado

Juana Repetto

Hace cuatro años se animó a patear el tablero y formar una familia de un modo no tradicional.

Juana Repetto

«La maternidad es lo más lindo que me pasó»

Hace cuatro años se animó a patear el tablero y formar una familia de un modo no tradicional.

Desde chica tuvo el sueño de formar una familia. No sabe cómo ni cuándo surgió ese deseo, simplemente siempre estuvo ahí. Tan fuerte e intenso fue, que la impulsó a salirse de lo convencional para cumplirlo. Juana Repetto formó una familia uniparental al concebir a Toro, que hoy tiene cuatro años, mediante el procedimiento de inseminación artificial. En este tiempo lleno de aprendizajes y emociones, volvió a enamorarse, se casa con Sebastián Graviotto en noviembre (“no creo que podamos hacer fiesta, pero sí el casamiento por civil”) y piensa en un segundo hijo. “La maternidad es lo más lindo que me pasó en la vida y la decisión más acertada que he tomado”, dice.

Hija y nieta de artistas, acompañaba siempre a su mamá, Reina Reech, en el recordado programa Colores. Almorzaba en el estudio y se pasaba horas siendo la espectadora más cercana. Allí forjó una vocación que la tuvo en diversas tiras en televisión y también en distintas obras de teatro. Luego su camino viró más hacia participaciones en ciclos como Bailando por sueño y trabajos como panelista (en el debate de Gran Hermano, Intrusos, Cuestión de Peso y El diario de Mariana).

¿Dónde te sentís más cómoda?

El teatro es lo que más me gusta, pero desde que nació Toro prácticamente no hice, porque suele ser de noche y no quería perderme de ciertas cosas que me parecían importantes: del baño, la comida y la dormida me gustaba ocuparme yo. Tuve la suerte de que me llegara una propuesta que me vino como anillo al dedo, que fue la única vez que hice teatro desde que nació Toro, que fue al mediodía, con Derechas, de Muscari. Eso me permitía no perderme todo eso. Ahí tengo una ambigüedad: si bien es lo que más me gusta, es lo que más me cuesta a nivel maternidad. Entonces, hoy elijo hacer algo que no es lo que más me gusta, aunque igual lo disfruto un montón y me permite estar en casa en los momentos en los que me gusta estar en casa.

Tu mamá contó que tenía celos del trabajo de sus padres porque los tenía poquito a ellos, que quiso cambiarlo y que con tu hermano y con vos estuvo un montón, ¿seguís esa línea?

Sí, yo trato de acomodarme y estar lo más que puedo. Siempre, sobre todo con Toro siendo más bebé, me busqué laburos en los que pudiera estar. Primero, a los que lo pudiera llevar; después, cuando lo empecé a dejar, prioricé que fueran horarios en los que me pareciera lógico no estar. Es un privilegio y una suerte que tengo y de lo cual estoy más que agradecida, porque obviamente no siempre es posible. Soy consciente de que soy una afortunada en eso.

¿Qué tan especial es el Día de la Madre para vos?

Y… nunca fui de festejar demasiado esas fechas. Me gusta, es una buena excusa para juntarse en familia, aunque ahora no se puede. No soy ni la más fanática ni tampoco es que no le doy pelota. Estoy en el medio.

Se te ve menos participativa en Mammaminas, la cuenta que creaste junto a tu amiga Vicky Gils, ¿seguís siendo parte?

Sí, sigo siendo socia. La creamos cuando nuestros hijos tenían cuatro, cinco meses, y es un proyecto que me encanta. Yo tenía la necesidad de compartir el lado B de la maternidad, la realidad. Sentía que solo había información de lo hermoso que es tener un hijo, de lo lindo que es el embarazo y tener a tu bebé, y dije: “Yo me siento una porquería, ¿soy la única?”. Quería empatizar con eso. Después de un par de años, sentí que había descuidado mucho mi cuenta personal, con la que también trabajo, así que quedamos en que iba a participar solamente en algunas cosas, no tan activa ni visible. Solté un poco, pero nunca voy a soltar del todo a Mammaminas porque me encanta, le dediqué mucho tiempo, mucho amor y siempre está en mi corazón.

“Yo creo que soy muy real, que se nota que lo que muestro es verdad y no una postura o imagen diferente por estar en la tele o en las redes”.

Fuiste panelista, un rol en el que muchas veces hay roces, ¿qué sentías que ponías en juego en esos trabajos?

Yo creo que eso depende de cada uno. Yo en todos los laburos que hice y que no implican actuar, que son de poner mi persona en público y no un personaje, no suelo entrar en esa. Es una decisión personal. Nadie te obliga ni ese lugar implica tener conflictos o nada por el estilo. Yo la paso bien, no tengo peleas, nunca nadie me bajó una línea de “Esto sí, esto no, de eso no hables”. Siempre me sentí muy cómoda, siempre me respetaron, y creo que también siempre me llamaron buscando algo mío que es muy personal, sabiendo cómo soy.

Tenés casi un millón y medio de seguidores en Instagram, ¿qué sentís que ve la gente en vos?

Yo creo que soy muy real, que se nota que lo que muestro es verdad y no una postura o imagen diferente por estar en la tele o en las redes. Se nota eso y la gente valora un montón que no se muestre todo color de rosa. Cuento la maternidad real, por ejemplo.

Muchas veces las redes traen haters (odiadores). Vos siempre te plantás al contestar, ¿te mueven de tu eje?

No te voy a decir que nunca me ha afectado, pero en la gran mayoría de los casos ya aprendí, ya sé cómo es. Me importa lo que me dice la gente a la que quiero y creo que me quiere. El que no me conoce no me involucra. Es como con cualquiera que se expone. Me parece que es inevitable y que es una decisión, a la hora de exponerte, porque sé que viene con esto. Si no me cabe, no me lo banco o me hace mucho daño, me tengo que correr de ese lugar.

¿En qué sos experta?

Soy bastante buena en la cocina, inventando comidas copadas con lo que haya en la heladera. Te hago una picada con lo que haya, las mejores picadas del mundo.

Vos sabés que te exponés y entrás en ese juego, ¿pensás a veces cuánto exponer a Toro y cuánto cuidarlo?

Trato de respetarlo. Cuando le divierte y tiene ganas, si quiere, participa; si no tiene ganas, no. Lo que son pautas comerciales y qué sé yo, trato de evitar involucrarlo a él, porque yo puedo decir que sí quiero hacer esa campaña, pero, si él no tiene ganas, no quiero involucrarlo igual. Si en algún momento me dice “No quiero aparecer más”, no aparecerá más. Yo tengo la suerte de que con Toro hablamos un montón. Quizás no entiende lo que es una red social y la exposición, pero hasta que no me diga lo contrario, yo dejo que fluya naturalmente.

Cuando se abre un diálogo así, termina habiendo un aprendizaje de ida y vuelta, ¿vos modificaste cosas tuyas por notar que era mejor hacerlo?

Sí, un montón de cosas. Uno aprende a manejarse y a hacer todo desde otro lugar. Desde cómo tratás al otro, porque te das cuenta de que le estás pidiendo a tu hijo que se maneje de una manera y vos te manejás de otra. Hay cosas que, creo, cuando uno las pretende de sus hijos, las tiene que modificar primero uno. Por ejemplo, si vos gritás, no podés pedirle que no grite, ¿cómo no va a hacer algo que ve que vos hacés? Ahí te das cuenta de cosas que hacías y que no te gustan del otro. A veces, hasta que no te la pone un hijo en la cara, no lo notás.

“Me gustaría agrandar la familia, me parece indispensable para Toro tener un hermano”.

Muchas veces se ponen expectativas, se imagina al hijo en determinadas situaciones y se intenta conducirlo hacia allí, ¿te pasa a vos?

Sí, siento que hay mucha frustración personal que uno les traslada a los hijos. Yo las laburo desde que Toro es muy chiquito y hago todo lo posible por modificar eso. No quedarme en mi frustración, sino pensar lo que le puede estar pasando a él. Pero a veces uno va y viene. Naturalmente, te pasa, y tenés que pensar en frío, recalcular y decirte “No me tengo que frustrar yo por algo que no quiere él”. Es algo que naturalmente pasa.

¿Alguna vez te recibís de madre? ¿O se sigue aprendiendo permanentemente?

Creo que aprendés todos los días a ser mamá, no sé si algún día dejás de aprender. Desde que estás gestando hasta el último día. Todo cambia todos los días y creo que no deja de cambiar nunca, entonces es imposible decir “Ya está esto”. Primero tenés los problemas de un momento; después, los de otro; y siempre van pasando cosas. Todo lo que le va pasando a tu hijo te va haciendo aprender a vos.

¿Querés tener otro hijo?

Sí, me encantaría. Me gustaría agrandar la familia, me parece indispensable para Toro tener un hermano. Vivir eso es algo hermoso y le quiero dar la posibilidad a él. También quiero agrandar la familia con Sebi. Toro muchas veces dice que quiere tener un hermanito. No sé si tiene conciencia de lo que significa, aunque nosotros le expliquemos.

¿Cómo describirías a Toro?

Como un niño súper libre, feliz, muy conectado.

En el super

Soy de ir mucho. Para el día a día, soy de buscar ofertas; si tengo un cumpleaños o quiero hacer una cenita copada, me doy gustos.

seguí leyendo: Destacado