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Natalia Brutto

La importancia vital de trabajar para mejorar la primera infancia.

Natalia Brutto

“La primera infancia nos necesita todos los días”

La importancia vital de trabajar para mejorar la primera infancia.

Se recibió de socióloga en 2009, aunque ya como estudiante se había relacionado con la labor sobre poblaciones en situación de vulnerabilidad. Trabajó en el ámbito del Estado y en empresas hasta que, en 2017, notó que la antigua directora ejecutiva de Pilares había visto su perfil en la red laboral LinkedIn. Entonces se puso a investigar qué hacía esa fundación y se encontró con que realizaba un interesante aporte en la vida de niñas y niños en situación de vulnerabilidad. Sin pensarlo demasiado, se animó a escribir un mail para decirles que le gustaría ser parte. Justo había una vacante en Recaudación de Fondos, así que la llamaron a una entrevista y terminó sumándose a la organización. “Me encontré con un equipo que tiene una marcada vocación de servicio, un gran profesionalismo y mucha voluntad de transformar la realidad en lo cotidiano. Desde la ONG, el trabajo es muy concreto, muy palpable y muy escalable”, celebra Natalia.

“Esta chance de elegir los ubica en el mismo lugar que cualquier otro niño. Pilares permite igualar”.

Desde 2019, es la directora institucional de Pilares y está muy orgullosa de lo que logran los voluntarios y profesionales rentados que se reparten en cinco programas en los que se involucra a 500 chicos y chicas, sobre todo de la villa 21-24 de Barracas, de los barrios de Barracas y Nueva Pompeya y de la villa 1.11.14 del Bajo Flores. En “Haciendo Lupa” participan unos 200 niños de entre 2 y 10 años; el objetivo es favorecer su alfabetización y acompañarlos en los primeros años de la escuela. Allí el equipo está formado por psicólogos, tutores y ludo-educadores. En “Cuidados Oportunos de la Primera Infancia en Familia como comunidad” (COPIP) se busca promover la salud integral desde la gestación hasta los cinco años y hay unos 135 niños. Por eso hacen foco en los cuidados en el embarazo y primer año de vida, alimentación saludable, cuidados en el juego y las crianzas y el autocuidado y los vínculos (dirigido a las madres). También sostienen un Centro de Educación Temprana, donde trabajan con 15 familias en un espacio de estimulación con criaturas de 1 a 3 años a las que se invita a compartir un momento de juego para fortalecer el desarrollo, el aprendizaje y los procesos de crianza. Además, armaron dos centros de Primera Infancia: “Pilarcitos”, que atiende a 75 chicos, y “Floreciendo”, que recibe a 150 nenes. En ambos casos, son chiquitos de 1 a 3 años que asisten a una jornada completa con un equipo docente, auxiliares, psicomotricistas, psicopedagogas y trabajadoras sociales.

LOS MISMOS DERECHOS

En medio de la pandemia, Pilares siguió sosteniendo el vínculo con las quinientas familias que lo componen. Natalia cuenta una escena que para ella demuestra el rol fundamental que ocupa esta organización en la vida de los niños. Dice que el equipo de “Haciendo Lupa”, armó una suerte de biblioteca para que los chicos pudieran llevar libros a sus casas, y uno de los nenes se acercó a una de las tutoras y le dijo: “Seño, ¿cuál me recomendás?”. “Esta chance de elegir los ubica en el mismo lugar que cualquier otro niño. Pilares permite igualar. Nuestro compromiso es darles las mismas posibilidades de soñar y de crecer que deberían tener garantizadas todos los niños y niñas”.

Tal como se llama la fundación, los primeros años de vida de un ser humano son los pilares en los que se asientan las bases para el futuro. “En la primera infancia se dan todos los procesos ligados a la nutrición y a la salud que permiten a esa persona desarrollarse. Pero también se genera la estimulación a través de la cual se incorporan todas las habilidades sociales, el desarrollo de la subjetividad y se crean las bases psicológicas y emocionales para la vida en el mundo adulto. Entonces, cuando entendés eso, decís qué vital que es trabajar en la primera infancia”.

Natalia resalta la importancia de que cada vez más gente sepa lo clave que resulta sumarse a una causa social como esta. “No hace falta que todos trabajemos en las ONG, porque podemos aportar también desde distintos lugares de la sociedad pero, si entendemos que la primera infancia es una etapa clave, no podemos permitirnos dejarla pasar y que ese momento tan fundante en la vida de cada persona termine desarrollándose en medio de las vulnerabilidades o situaciones de privación. Podés pensar que cien pesos al mes no son nada, sin embargo, es un montón y ayuda a que otros puedan estar en territorio construyendo desde lo cotidiano con ese niño o niña. La primera infancia nos necesita todos los días y ese aporte llega a algo muy concreto: un mejor futuro para estos chicos”, asegura con emoción.

Cómo ayudar

Pilares recibe donaciones de pañales, artículos de limpieza para el bebé, alimentos no perecederos y artículos de librería. También podés ser madrina o padrino con un aporte mensual en dinero. Comunicate por mail a contacto@pilares.org.ar o www.pilares.org.ar

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