El 2 de julio se celebra el Día Internacional del Chiste, algo que puede parecer una pavada, pero… ¿lo es? Al parecer, reírse y tener sentido del humor es sumamente importante en nuestra vida. ¿Por qué será así? Los especialistas de la Clínica Mayo aseguran que reírse tiene un impacto positivo en diversos órganos del cuerpo y en el sistema inmunitario, además de liberar el estrés.

Los efectos de la risa en nuestra psiquis también son importantes. “Reírnos nos permite una descarga de tensión psíquica, y al mismo tiempo se imprimen vivencias de bienestar que hacen más llevaderas las situaciones diarias. Nos conforta y nos sitúa del lado del placer, algo tan necesario para funcionar armónicamente en la vida, especialmente en estos tiempos”, sostiene Lucila Goyenechea, licenciada en Psicología, especialista en psicología clínica y psiconanálisis.

Además, la risa y el humor tienen una función social: promueven el vínculo entre pares. “La risa funciona como una señal de aceptación e interacciones ya que da pistas, acerca del tono emocional y las intenciones de quien habla. Por esta razón es que muchos chistes se malinterpretan por mail, y por eso ayuda tanto la carita de carcajadas en un WhatsApp: da pistas emocionales sobre el tono de lo queremos decir”, explica María Roca, doctora en Psicología y coordinadora científica de Fundación INECO.

Pero la risa es también mágica porque funciona como borrador momentáneo de emociones negativas o de alivio frente a un peligro que ha desaparecido: “Uno no puede estar enojado al mismo tiempo que está tentado de risa”, agrega Roca.

Efectos positivos de la risa en el cuerpo

Existen diversos estudios científicos que validan los beneficios del reír. Especialistas de la Clínica Mayo sostienen que estos se producen tanto a corto como a largo plazo e incluyen a algunos órganos del cuerpo. Así, la risa estimula al corazón, los pulmones y los músculos, a la vez que aumenta las endorfinas.

Cuando nos reímos a carcajadas se incrementa la frecuencia cardíaca y luego disminuye junto con la presión arterial, lo que produce una agradable sensación de relajación. También ayuda al organismo a producir analgésicos naturales que disminuyen el dolor. “Una buena carcajada ayuda aliviar la tensión y el estrés; estimula el sistema inmune (mediante la reducción de las hormonas del estrés); y mejora el flujo y la función de los vasos sanguíneos, y esto ayuda a disminuir el riesgo de ataques cardiacos y accidentes cerebro vasculares”, explica Roca.

La risa y el humor también repercuten de manera positiva a nivel cerebral. “Ambos activan las áreas emocionales y los centros de recompensa al estimular la liberación de un neurotransmisor llamado dopamina (que proporciona placer), de serotonina (que mejora el estado anímico) y de endorfinas (que regulan el estrés y disminuyen el dolor)”, comenta la doctora.

Efectos en la mente

¿Será que reírse de uno mismo y tener buen sentido del humor son recursos sobrevalorados? Al parecer, no. Muchos estudios demuestran que reír mejora la calidad psíquica, ya que disminuye la depresión y la ansiedad. ¿Por qué? Sigmund Freud sostenía que el humor es una actitud defensiva frente a una realidad difícil, que nos ayuda –de manera momentánea– a transformar algo angustiante en placentero. “Lo interesante es que con el humor no estamos negando lo doloroso sino que tenemos una actitud de aceptación y benevolencia respecto de la situación que estamos viviendo. Nos afirmamos apelando al placer a pesar de las circunstancias. Nos contactamos nuevamente con lo vital”, destaca Goyenechea.

Entonces, reírnos con los memes de la COVID-19, tentarnos en un velorio, reírnos antes de una cirugía y tratar todo tipo de problemas con humor nos libera y nos da una pequeña ganancia de placer. “De esta manera nos escindimos de la realidad no grata a favor de la vida, y adoptamos una actitud amorosa frente a lo que nos atemoriza. Un buen trato hacia nosotros en una situación adversa hace que nos visualicemos desde una óptica lúdica y reflexiva. Los humanos somos capaces de transformar las situaciones más terribles mediante el humor, por eso a la risa hay que tomársela en serio”, agrega la especialista.

Ejercitar el reír

Después de entender la importancia de la risa y el humor –especialmente en este año tan difícil, que carga con el estrés que implica la pandemia– podemos preguntarnos… ¿cualquiera puede reír? Los especialistas de la Clínica Mayo aseguran que sí, y que además se puede aprender y ejercitar.

Con ese objetivo, existen numerosos centros en los que se practica la risa. Se trata de lugares en los que se realizan terapias que la inducen, y que buscan mejorar los trastornos de ansiedad, del ánimo, del estrés a partir del humor. “Estas terapias se han probado en una variedad de entornos, desde niños hasta ancianos; con una amplia gama de resultados específicos como la salud mental, cáncer, diabetes, migraña y otras afecciones crónicas. Aunque la evidencia aún no es contundente, reír no cuesta nada”, concluye Roca.