Las mascotas son un integrante más de cada familia, por eso es crucial que sepamos cómo podemos acompañarlas cuando sufren alguna dolencia: “Generalmente, cuando las mascotas se enferman de gravedad se les indica internación en algún hospital veterinario o se le piden controles y visitas frecuentes con el veterinario para realizar tratamientos”, explica Lucía Moliné, veterinaria (MN9088). En esas situaciones, es bueno que los visitemos con frecuencia para que se relajen y se sientan protegidos con nuestra presencia. Pero la médica también aclara que es muy importante que el dueño respete las indicaciones recibidas y le brinde una contención adecuada, para ayudarlos a recuperarse.
“Cuando mi bulldog francés se enfermó de moquillo me puse muy mal. Además de ser una enfermedad muy grave, no sabía cómo cuidarlo. Para atenderlo mejor, le armé una camita especial al lado de la mía, y todas las noches le acariciaba el lomo para calmarlo. Parece que funcionó, porque salió adelante”, cuenta Andrea Loren. Los mimos y cuidados que les podemos dar a las mascotas son buenos aliados para su recuperación, aunque a veces dependen del tipo de enfermedad que padezca. “Muchas veces hay que elaborarle una dieta especial, o disminuir los paseos diarios, o en algunos casos, controlar su evolución”, dice la profesional. Si es una enfermedad terminal pero la mascota está en buenas condiciones físicas se le pueden realizar tratamientos paliativos: oncológicos, inmunoterapia, homeopatía, fisioterapia. En los tratamientos es importante estar al lado de nuestras mascotas y darles amor. Los mimos ayudan a sanar.
Aislamiento
Cuando hay más de una mascota en la casa y se presenta una enfermedad, lo mejor es aislar al que está enfermo. De esta forma evitamos los contagios y le permitimos una recuperación más tranquila.
“Yo tengo una beagle de cuatro años, un perro callejero y una gata. Un día Lulú, la beagle, se enfermó. Chucho y Marta, mis otras mascotas, querían jugar con ella. Por momentos se enojaban cuando se acostaba en determinados sillones, y la pobre no encontraba su lugar. El veterinario me explicó que tenía que separarla y acondicionar un sector de la casa para que ella estuviera tranquila. Eso hicimos y dio buen resultado”, relata Constanza Márquez.
Los cuidados dependerán de la enfermedad que padezca. Algunas veces solo requieren cambios en la dieta, medicación vía oral suministrada por el dueño, fluidoterapia (en la casa o en la veterinaria), reposo, suspensión de los paseos y controles médicos. “En los casos más graves, en los que el animal necesita un monitoreo más intenso, se recomienda la internación para poder observarlo y atenderlo las 24 horas”, explica Moliné.
Acompañamiento en felinos
¿Son iguales los perros y los gatos cuando enferman? La respuesta es no. “Los gatos se estresan más fácilmente, por eso necesitan ser tratados con más delicadeza que los perros. Esto significa que el estrés no favorece la recuperación de los felinos, e incluso puede empeorar su salud”, detalla la especialista consultada. Esto lo comprobó María Eliana Martínez con su gata Greta. “Ella actuaba raro y yo pensé que si la llevaba de viaje se iba a relajar, pero eso fue un gravísimo error. Su salud empeoró y al consultar con el veterinario entendí que había hecho todo mal. Solo necesitaba hacer el tratamiento en su lugar y estar tranquila”. Los felinos son más delicados y susceptibles a los cambios de ambiente, por eso, ante enfermedades comunes, se evita trasladarlos.
A los gatos, estar en su casa les da seguridad, a lo que se pueden sumar los mimos que a ellos les gusta recibir. Debido al estrés que les genera moverse de lugar, las internaciones solo se realizan cuando el tratamiento ambulatorio no da resultado o cuando no es posible. Tampoco se recomienda realizar una mudanza, hacer arreglos y obras mientras el gato está enfermo, porque puede ocasionarles ansiedad. La pérdida de pelo, la orina y las deposiciones fuera de la caja son algunos signos de que el felino no se siente a gusto.
Atención amorosa
• Buscar un rincón tranquilo de la casa para ubicar su camita.
• Colocar sus mantas, juguetes y piedritas en el rinconcito y comprarle algún juguete o manta nuevo.
• Cepillar al animal donde más le gusta, a modo de caricia.
• Si no tiene una enfermedad estomacal, prepararle su comida favorita.
• Pasar más tiempo a su lado, para que se sienta protegido.