El cambio climático es un problema que hoy afecta a todos y del que todos somos responsables. Muchas veces pensamos que no hay nada que pueda estar a nuestro alcance para modificar esta realidad que hoy pone en peligro el planeta.
¡Pero no es así! Todos tenemos a nuestro alcance la posibilidad de generar pequeños cambios que contribuyan a revertir esta situación. Y sí, también lo podemos hacer, tanto en el hogar como en el supermercado. Esto no solo generará una contribución al medio ambiente, sino que también hará más sustentables nuestras finanzas.
La administración de la economía familiar también es necesaria para conservar el planeta, si es que se tiene en cuenta el riesgo ambiental que produce cada una de nuestras elecciones.
Basta con adoptar algunos pocos hábitos responsables que podamos aplicar en el día a día y estaremos poniendo nuestro granito de arena.
Bolsas reutilizables: aunque ya se transformó en costumbre, es necesario no olvidar llevar siempre una bolsa de tela o bien utilizar un changuito en cada una de nuestras visitas al súper. Sucede que nada hace más daño que una bolsa de plástico que se utiliza 10 minutos y tarda 400 años en degradarse.
Compra consciente: una vez en la góndola, tratemos de optar por aquellos productos cuyos envases puedan tener una vida útil después de consumidos, tal como ocurre con los de vidrio. Empezar a pensar de esta forma también nos ahorrará dinero en el corto plazo, ya que no deberemos incurrir en la compra de recipientes adicionales.
Compra Inteligente: al optar por productos Marca DIA hallaremos una mejor relación precio-calidad, de modo de reducir el gasto en productos innecesarios y además, evitar el desperdicio de alimentos.
Recarga: al elegir un artículo de limpieza o cosmética, elegir envases que sean recargables y puedan volver a ser utilizados al adquirir los repuestos de estos mismos productos. De esta manera, contribuiremos con la reducción de la cantidad de plástico circulante.
Electrodomésticos: cuando compremos un electrodoméstico, es imprescindible que estos sean de consumo eficiente de energía, tales como los “clase A”, que ahorran hasta un 70 por ciento más que los de clase G.
Recambio de lamparitas: la iluminación de una casa representa entre el 12 y el 26 por ciento del gasto total de energía, por lo que, si todavía no lo hiciste, ya es hora de utilizar lámparas de bajo consumo, que reducen el gasto en hasta un 75 por ciento. Bixler, es una opción con su línea de lamparitas LED que se venden de forma exclusiva en las tiendas DIA.
Descongelar el freezer: es necesario que cada tanto realicemos esta tarea, dado que la escarcha puede crear un aislamiento que genera un 20 por ciento de consumo eléctrico suplementario. Por otro lado, stockearse con congelados –tal como siempre recomiendo– nos permitirá ahorrar en alimentos y energía, dado que estos equipos funcionan mejor cuando están llenos.
Es interesante que todos estos pequeños hábitos se hagan cotidianos y que podamos adoptarlos en familia, de modo tal de enseñarles a los más chicos a consumir de una manera inteligente y, a la vez, cuidar el planeta.