“Estrés” debe ser de las palabras más usadas en estos tiempos. Es muy probable que cualquier persona pueda identificar situaciones que la hayan hecho sentirse estresada. En el ámbito laboral predomina la sensación de que el tiempo no alcanza y de que las actividades se amontonan, mientras existe una presión por rendir bien y una necesidad de sentirse valorado, cosas que agobian a cualquiera. ¿Cómo hacer para transitar esas seis o nueve horas lo mejor posible y sin estallar? ¿Se puede dejar el malestar puertas adentro de la oficina y fuera de la casa familiar? Difícil, pero no imposible.
Identificarlo para cambiar
“En condiciones normales, el estrés es una respuesta del organismo ante una amenaza o peligro potencial. El problema surge cuando se obtiene esta respuesta de un modo excesivo ante situaciones cotidianas o habituales, como por ejemplo, el trabajo, provocando malestares que se asemejan a síntomas depresivos y ansiosos, como fatiga, dificultad para concentrarse, irritabilidad, angustia y alteraciones del sueño”, explica la médica psiquiatra Florencia Zocco. Si bien influye el ritmo que caracteriza a la sociedad actual, menciona otros factores que lo provocan, como la sobrecarga de trabajo, los excesos de responsabilidad, los ambientes desfavorecedores y las altas expectativas de crecimiento personal puestas en el ámbito laboral.
Para Clara Badino, fundadora de Visión Clara (organización que transmite la práctica y enseñanza del mindfulness, una filosofía de vida que incluye la práctica de la meditación), el estrés se instaló como una forma de vivir, por lo que al momento de explorarlo sería necesario contemplar tanto el plano profesional como el personal. Al mismo tiempo, refiere que hay dos patrones que evidencian la cronicidad del problema y la urgencia de cambios: el sueño y la alimentación. “Dormir o desvelarse, dormir y no descansar, no poder conciliar el sueño o despertarse a unas horas de haberse dormido en estado de alerta, comer de más o comer de menos”, enumera la especialista. Cuando esto sucede, es inevitable que se vean afectadas la salud y las relaciones en todos los espacios.
Ya sea que se detecten síntomas o para prevenir su aparición, Zocco señala que es importante iniciar con pequeños cambios en la rutina diaria de trabajo. Algunas de sus sugerencias son:
• Programar y respetar los períodos de descanso y pausas.
• Intentar almorzar fuera de la zona o mesa de trabajo.
• Focalizar la atención en las tareas del día, poniendo objetivos a corto plazo.
• Buscar espacios de ocio.
• Realizar ejercicio.
• Hacer actividades que nos gusten más allá del trabajo es una buena práctica para llevar una vida plena.
En cuanto a comentar cuestiones laborales en el hogar o solicitar un consejo a seres queridos, recomienda encontrar un equilibrio para que estos temas no acaparen ni monopolicen la rutina familiar.
También la meditación es un entrenamiento para la vida cotidiana y que, incluso, se puede practicar en familia. Además, los ejercicios que ayudan a situarse en el momento presente permiten tomar real dimensión de los conflictos, y separar aquellos que no lo son. “La práctica meditativa no es una técnica, por lo tanto no intenta controlar y mucho menos eliminar. El entrenamiento sostenido va desarrollando la capacidad de hacer pausas de toma de conciencia para autorregularse y descubrir que los niveles de estrés que conducen a la enfermedad están ligados a la cantidad de recursos que la persona cultiva en su interior para responder a las situaciones de alta demanda personal laboral y no los sucesos en sí mismos”, cuenta Badino, para quien es imposible dividir al ser humano como persona y profesional, así como lo que se percibe como problema personal o laboral, y que ofrece la aplicación “Pausa”, que convierte al celular en un aliado para atravesar situaciones de tensión en la vida cotidiana.
Para reflexionar
• La Organización Mundial de la Salud considera al agotamiento crónico como unos de los principales problemas para el bienestar de los trabajadores.
• “Un nivel de presión que el trabajador considere aceptable puede incluso mantenerlo alerta, motivado. El estrés aparece cuando esa presión se hace excesiva o difícil de manejar”, señaló el organismo.
• La Universidad Siglo XXI, en un estudio confeccionado en noviembre de 2018, observó que al 38,9 por ciento de los encuestados “siempre o casi siempre” le resulta difícil relajarse luego de una jornada laboral.
• Al 30 por ciento de las personas cada vez le cuesta más ir a trabajar.
“Cuando los días de desgano se vuelven semanas o, incluso, meses, es conveniente hacer algo para afrontar el malestar”.