El gran miedo de Daniela, desde que su hija empezó a comer alimentos sólidos, era que se atragantara. Por más que le diera papilla o le cortara la comida en trozos muy pequeños, eso no disminuía el estrés que le ocasionaba el momento del almuerzo o la cena. Entonces, alentada por una amiga, tomó la decisión de dedicarle un par de horas a un curso de Reanimación Cardiopulmonar (RCP) en el que, le aseguraban, le iban a indicar cómo actuar en momentos como el que temía. Y aunque no fue con su niña, pocos meses después de ese taller, tuvo que poner a prueba sus conocimientos cuando en un cumpleaños a un chico se le atoró un caramelo en la garganta. Mientras muchos se quedaron atónitos, ella fue rápida: tomó al niño, lo volteó panza abajo y le pegó fuerte entre los omoplatos. Esa reacción instintiva, pero aprendida, resolvió una situación que podría haber empeorado.
Pero no solo los niños pueden necesitar ser asistidos, muchos adultos sufren descompensaciones y su atención inmediata puede ser la diferencia entre seguir viviendo o no. Según la Fundación Cardiológica Argentina, que ha impulsado leyes como la nacional 27.159 (sancionada en 2015) y la porteña 4.077 (sancionada en 2011 y promulgada en 2012), en nuestro país se producen alrededor de 40.000 muertes súbitas al año, el 70 por ciento de ellas, fuera de los hospitales –en el hogar, en el trabajo, en clubes, en los campos de juegos deportivos, en lugares públicos e incluso en la calle–. Por eso, esta situación le da a la comunidad no médica el rol de ser la primera encargada de atender un episodio de esta naturaleza.
Frente a esta realidad, que puede resultar abrumadora, hay otras posibilidades. Es que estos números tan dolorosos podrían reducirse con conocimientos de RCP y aplicando los protocolos que incluyen tener desfibriladores disponibles en las instituciones y espacios públicos. Si esto se cumple, aumenta en un 79 por ciento la posibilidad de que el paciente que sufre un paro cardíaco súbito llegue con vida al hospital. También, es importante resaltar que en la ley nacional se establece que ninguna persona que intervenga y que actúe de acuerdo con las disposiciones que la norma establece esta sujeta a responsabilidad civil, penal ni administrativa derivada de su cumplimiento.
Primeros auxilios
Aunque el concepto de primeros auxilios es mucho más amplio (incluye desde poder contener una herida hasta dar reanimación), es importante distinguir cuándo una persona debe recibir RCP y cómo entrar en acción.
Ahora bien, como señalamos, esta maniobra, llevada a cabo en los primeros minutos por cualquiera que se encuentre en el lugar, permite duplicar o triplicar la oportunidad de que sobreviva. Es importante saber que las personas que sufren un paro cardíaco fuera del ámbito de un hospital tienen escasas chances de sobrevivir; las estadísticas nos muestran tasas de supervivencia de tan solo el 5 al 10 por ciento.
Está claro que, como toda habilidad, cuanto más entrenamiento tengamos en RCP mejor será nuestro desempeño. Poder empezar con esta práctica permitirá que alguien más se ocupe de llamar a la ambulancia y, mientras esta llega, deberemos continuar comprimiendo fuerte y rápido en el centro del pecho. La RCP solo con las manos (es decir, sin ventilaciones) puede aplicarse a adolescentes y adultos si uno es testigo del paro cardíaco súbito.
De todos modos, la RCP por sí sola no logrará que el corazón vuelva a su ritmo normal. Para eso existen los desfibriladores externos automáticos (DEA), que son dispositivos capaces de devolver el ritmo normal del corazón a partir de una descarga eléctrica especial. Este procedimiento se denomina desfibrilación, e idealmente debe ser administrado dentro de los tres minutos de producido el paro cardíaco.
¿Qué son los DEA?
Son dispositivos inteligentes que se activan solamente cuando reconocen la arritmia y guían a quien los utiliza por medio de señales auditivas y visuales. De esta manera, cualquier persona con un simple entrenamiento puede operarlos con seguridad.
Entonces, el accionar de quienes se encuentren con la víctima de un paro cardíaco y la colocación del DEA antes de la llegada de la ambulancia son medidas que la ciencia ha probado como imprescindibles para garantizar la supervivencia de una persona. Por eso, es muy importante que todos nosotros nos encontremos entrenados en RCP y manejo del DEA, y que estos dispositivos se encuentren disponibles de modo que se pueda acceder a ellos rápidamente.
“Lugares con gran tránsito de personas, como balnearios, aeropuertos, terminales de ómnibus, centros comerciales, cines, teatros, estadios deportivos, y tantos otros, deben contar con DEA a la vista, señalizados, y con personas entrenadas en su uso. El desarrollo de programas de acceso público a la desfibrilación en estos lugares aumenta significativamente las posibilidades de sobrevivir ante un ataque cardíaco”, aseguran desde la Fundación Cardiológica Argentina.
Los especialistas recomiendan que, al menos, una persona de la familia haya tomado cursos de primeros auxilios y RCP. Igualmente, es imprescindible que lo hagan quienes tienen a cargo grupos: docentes, directores escolares, líderes corporativos, guías de turismo, conductores de transporte público y más. Todos podemos salvar vidas. Del mismo modo, lo más recomendable sería empezar a familiarizarse con esta información ya en la infancia, para aprender y, además, ser promotores de los beneficios de conocer las maniobras.
¿Cuándo hacer RCP?
Paro Cardíaco – Señales de ataque cardíaco:
• Sensación de opresión,
• Dolor del pecho PERSISTENTE que se extiende hacia los hombros, cuello, mandíbula y brazos.
• Malestar torácico acompañado de vahídos, desvanecimiento, sudoración, náuseas o falta de aire.
• Si advertís uno o varios de ellos, buscá ayuda de inmediato.
Fuente: www.argentina.gob.ar/salud/primerosauxilios/rcp/adultos
Dónde tomar cursos
• El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires brinda estos conocimientos en algunos hospitales públicos.
• La Cruz Roja Argentina los ofrece; los egresados pueden anotarse como voluntarios para asistir a gente en eventos como recitales o ferias.
• En el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires.
• En el Hospital Garrahan dan clases, especialmente orientadas a pediatría. Ideal para los padres y quienes tienen niños a cargo.
• En algunas municipalidades.
• En los colegios y universidades, y en algunas ocasiones, las clases se hacen abiertas a toda la comunidad.