¿Cómo cuidarnos?

De diagnóstico difícil y poco conocida, la endometriosis afecta al 10 por ciento de las mujeres

Una enfermedad silenciosa

De diagnóstico difícil y poco conocida, la endometriosis afecta al 10 por ciento de las mujeres

Cada vez que tenía el período sufría unos dolores increíbles. A ninguna de mis amigas le pasaba, así que se lo comenté a mi ginecóloga y, luego de realizarme estudios, me diagnosticó endometriosis”, cuenta Irene Garate. Se trata de una enfermedad en la que el tejido que recubre por dentro el útero (llamado endometrio) también se encuentra en otros órganos de la pelvis como por ejemplo: los ovarios, las trompas de Falopio, el intestino, la vejiga o el peritoneo que recubre la pared abdominal. Además, esta membrana responde al estímulo hormonal cíclico al igual que el útero. “El primer síntoma de la endometriosis es el dolor pélvico, a menudo asociado con el período menstrual. Las mujeres con endometriosis suelen describir un dolor menstrual más fuerte que el habitual, y generalmente aumenta con el tiempo”, explica la doctora Josefina Palacios (MN 107.760), ginecóloga. También pueden presentarse dolores durante las relaciones sexuales, molestias gastrointestinales, fatiga y falta de energía. Sin embargo, en algunas mujeres es una enfermedad silenciosa e indolora. “Es importante detectar la endometriosis porque puede ser causa de esterilidad. La mitad de las pacientes con dificultad para concebir presentan algún grado de endometriosis”, comenta Palacios, y agrega que “El 75 por ciento de las pacientes con endometriosis padecen de dolores menstruales y un 30-50 por ciento presentan esterilidad”. Con respecto a los síntomas, cabe aclarar que no son directamente proporcionales a la gravedad del cuadro. “Hay pacientes con mínimas lesiones y dolores incapacitantes, y otras sin molestias y múltiples implantes endometriósicos”, dice Palacios.

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Una pregunta que podemos hacernos es cuándo comienza esta enfermedad y si es hereditaria. Si bien el hecho de tener algún familiar directo de primer grado que la padezca –madre o hermanas– es un factor de riesgo, Palacios sostiene que no se ha comprobado que sea hereditaria.  Si bien hay muchas teorías que intentan explicar la causa exacta, los investigadores no conocen aún qué es lo que causa la endometriosis.

Las primeras sospechas sobre la existencia de este cuadro pueden aparecer en la pubertad o en la adolescencia cuando hay menstruaciones dolorosas. En otras ocasiones, el ginecólogo puede encontrar la enfermedad mediante una ecografía de control en la que se ve un quiste endometriósico del ovario; o cuando una paciente consulta porque no puede quedar embarazada.

Endometriosis y esterilidad

Con respecto a la ya mencionada posibilidad de esterilidad –que puede afectar a un tercio y hasta a la mitad de mujeres que presentan este trastorno—, la mejor manera de evitarla es un diagnóstico precoz, a partir del cual se podrán iniciar tratamientos para evitar su progresión. .

Estudios de detección

“Fui a consultar a un ginecólogo porque sospechaba que tenía endometriosis. Enseguida me preguntó qué sentía, me revisó y me mandó a hacer estudios específicos”, cuenta Laura Fontenla. En la consulta, el médico interrogará sobre la ubicación del dolor y el momento del ciclo en el cual aparece la molestia. Si el profesional piensa que se trata de endometriosis, el siguiente paso son los exámenes para detectarla. Además de realizar un examen pélvico para detectar anomalías (como quistes o cicatrices) al palpar la zona del dolor, existen métodos más precisos para su detección, como la ecografía, la resonancia magnética y la laparoscopía. Este último es un procedimiento que se realiza bajo anestesia general y tiene el objetivo de buscar signos de tejido endometrial por fuera del útero y tratarlo.

Las primeras sospechas sobre la existencia de este cuadro pueden aparecer en la pubertad.

Tratamiento

“El tratamiento tiene como objetivo lograr el manejo del dolor, y en otros casos evitar la mayor complicación que es la esterilidad”, explica Palacios. Para tratar el dolor (cuando es moderado o leve), se prueba con analgésicos pero, en los casos severos, se recurre a los opiáceos. Otra forma de manejarlo es mediante tratamientos hormonales. Los anticonceptivos orales, las inyecciones o el SIU (sistema intrauterino liberador de progesterona) ayudan a frenar el crecimiento de las lesiones endometriósicas y evitan nuevas. “Algunas alternativas terapéuticas hormonales nos ofrecen crear una menopausia química de forma tal que no haya estímulo hormonal al tejido endometrial”, cuenta la doctora. En otros casos el tratamiento debe ser quirúrgico y laparoscópico, y acompañarse con tratamientos hormonales. Esto debe ser así para extraer las lesiones instaladas y liberar las adherencias. Sin embargo, para definir el tratamiento a seguir, cada caso debe ser evaluado según la edad, la sintomatología y el deseo de fertilidad. “Aquellas pacientes que no presenten síntomas y no tengan deseo reproductivo no requerirán tratamiento”, concluye Palacios.

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