Nacida y criada en el seno de una familia de clase media en Belgrano, siempre se caracterizó por su perseverancia y su tenacidad. Alumna ejemplar, nunca se llevó una materia y una vez que encontró su vocación, no paró. Toda esa energía la llevó a construir una carrera que la ubica hoy como una de las caras más frescas del periodismo, una imagen interesante para las marcas y un referente para los jóvenes que la siguen en las redes sociales.
A los 32 años, Agustina es pura intensidad y sus días son rabiosos: junto a Diego Poggi, conduce el programa de radio Morning Time en Radio One 103.7, de 6 a 10 de la mañana; el segmento de espectáculos en el noticiero de Telefé todas las noches; y los fines de semana es parte de Tarde XTRA, en C5N. “Duermo cuatro horas por día, pero me gusta tanto mi trabajo y lo hago con tanta pasión que lo disfruto. Ahora es el momento, ya habrá tiempo de descansar”, asegura.
Con diez años de carrera, ¿cómo definirías este presente?
Estoy en un muy buen momento profesional, disfrutando de lo que logré en estos años de poder trabajar de lo que me gusta principalmente, y muy contenta con lo que hago. Con la radio, ya hace tres años que estamos al aire, comenzando la cuarta temporada y estoy muy feliz. Siento que no empecé hace diez años, porque fue todo muy intenso y es tan lindo lo que pasa con la radio que no lo cambio por nada. La interacción con los oyentes y la complicidad que se genera es algo hermoso.
¿Fue tu primera experiencia en radio?
Sí, y me encanta. A veces siento que me debo la carrera de locución, pero estoy aprendiendo muchísimo. Sin embargo, estudié periodismo en TEA y en la Universidad del Salvador, y ya tengo un caminito que vengo recorriendo hace bastante tiempo. Comencé cuando tenía apenas 21 años en un programa de espectáculos. Siempre fui marcada por los programas de espectáculos, pero sin buscarlo, más allá de que siempre me interesaron el cine, el teatro, los personajes.
¿Por qué estudiaste periodismo?
Porque me gustaba mucho contar historias y estar en contacto con la gente. Como comunicadores, cumplimos un rol importante y que está buenísimo. Por eso lo hago con mucha responsabilidad.
Te siguen mucho los jóvenes. ¿Sentís responsabilidad por ser referente?
Absolutamente, siento mucha responsabilidad respecto de lo que proyecto y comunico. Soy muy ordenada en mi vida en general, en mi casa, en mi profesión, y creo que eso se transmite. Decime “obse” si querés, pero es lo que me ayudó a tener una carrera prolija. Tiene que ver con lo que busco mostrar, tiene que ver con no quedarse solo con la cáscara, sino ir un poco más a fondo y, si bien las redes sociales parecen ser hoy un poco superficiales, intento dar un mensaje un poco más profundo. Me encanta que me escriban chicas contándome que se identifican con mi imagen y que les gustaría estudiar periodismo y que soy un ejemplo a seguir. Porque uno no es tan consciente de lo que genera, pero si transmito eso, bienvenido sea.
¿Cómo comenzó tu carrera?
Arranqué mientras estaba estudiando periodismo. Me presenté en ese momento en un casting en el que buscaban conductoras de televisión y quedé. Ahí me empecé a foguear un poco con las cámaras y me di cuenta de que me gustaba. Debo confesar que a mí siempre me gustaron un poco las cámaras, de hecho, estudié teatro apenas terminé el colegio. Había algo en mí que iba por ese lado.
¿Y cómo fue el despegue definitivo?
Hice algunas participaciones en diferentes programas, pero una vez que terminé la carrera en la Universidad, me pregunté si tal vez mi camino no iría por la producción, y comencé a trabajar detrás de cámara preparando un programa que hacía Nicolás Repetto en Canal 13. Pero una semana antes de que empezara el primer programa, Nico me dijo que seguiría siendo su productora periodística pero que me quería delante de cámara. “¿A hacer qué?”, le dije. “No estoy preparada”. Sin embargo, él me alentó, y esa fue un poco mi puerta de entrada a la tele de aire. Luego trabajé en TyC Sports, una pantalla muy vista por hombres y futboleros. Y más adelante, me llamaron del noticiero de Telefé para que hiciera espectáculo a la mañana. Y agradezco que durante mucho tiempo confiaron en mí para reemplazar a los conductores en el noti.
Estoy en un muy buen momento profesional, disfrutando de lo que logré en estos años.
No debe de ser nada fácil conducir el noticiero. ¿Cuál fue el mayor desafío?
Es una gran responsabilidad y una experiencia increíble. Yo siempre digo que el que sabe hacer noticias en televisión puede hacer cualquier cosa. Hay un trabajo previo de estar informado constantemente y un trabajo escénico al momento de estar al aire, de mucha rapidez mental, adrenalina e improvisación, si así lo requiere. Y lo bueno de estar al aire todos los días es que siempre hay revancha. Si algo no sale como esperabas un día, hay posibilidad de que al día siguiente salga mejor. Por eso digo que la competencia es siempre con uno mismo, por buscar ser mejor cada día, estudiar, proponer algo nuevo, buscarle la vuelta. Porque también son muchos años haciendo lo mismo y llega un momento en que te preguntás qué otra cosa podés aportar, y ahí viene el crecimiento, la vuelta, la motivación. Es una profesión increíble.
¿La tenacidad es una característica que te define?
Sí, es una característica que habla mucho de mí. Soy muy de trabajar con lo que me propongo, de intentar, por un lado, por otro, hasta que le encuentro la vuelta y sale. Mi estrategia es ir poniendo metas pequeñas, a corto plazo. Así me fue resultando muy bien. ¿Cómo es tu familia? ¿Dónde te criaste? Mis padres están juntos de toda la vida y son un ejemplo a seguir para mí. Yo soy la menor de tres hermanos y tengo cinco sobrinos hermosos que disfruto los fines de semana. Tengo una linda familia, muy normal. De chica, viví en el barrio de Belgrano e iba al colegio cerca de casa. Durante mi infancia iba mucho a Concepción del Uruguay, donde nació mi papá. Las vacaciones de verano y de invierno las pasábamos en la casa de mi tía, y tengo los mejores recuerdos de esa época. Tuve una vida muy tranquila y creo que esa estabilidad forjó mi personalidad.
Tenés una rutina muy intensa. Te levantás muy temprano. ¿Cómo es tu día?
Mi día es «non stop». Me despierto a las cinco de la mañana, porque el programa sale al aire a las seis, y llego a casa a la noche después del noticiero, tarde, y no suelo dormirme antes de la una de la mañana. Durante el día, hago las notas que requiere mi trabajo, presencia en eventos, trabajo en mis redes, voy al médico, al gimnasio, en fin. Todo lo que sea necesario. Y a la noche, después del noticiero, disfruto con mi pareja. Así que añoro y me encantan los días en que puedo descansar en casa y no hacer nada.
¿Te interesa la moda? Lanzaste una línea de accesorios…
Sí. A fines de octubre lancé una nueva línea de accesorios junto a Los Vados del Isen, llamada Agus By Vados. Estoy muy contenta con el equipo que armamos y con el resultado. Además, me gusta porque es una nueva veta: a mí me gusta mucho la moda, me interesa la imagen y es lo que transmito a través de las redes sociales.
¿La maternidad es un objetivo pendiente?
Sí, es un proyecto y está ahí latente. Me re-veo mamá y es lo próximo. Siento que va a ser otra etapa de mi vida en la que no voy a dejar de trabajar, pero sí me cambiarán las prioridades en cuanto a horarios y tiempos.
Soy de la idea de no ambicionar demasiado, sino que todo se da a su debido tiempo y que las cosas chiquitas después sumen algo grande.
Es fin de año. ¿Cómo da el balance de Agustina Casanova y qué viene para el año próximo?
Yo me imagino una balanza y me da altamente positivo. Fue un año, en lo profesional y familiar, hermoso. Y en cuanto a lo que viene, no soy de ponerme metas del tipo: “este año quiero tal cosa”. Ese tipo de metas no, pero sí sé lo que quiero y hacia dónde voy. Soy de la idea de no ambicionar demasiado, sino que todo se da a su debido tiempo y que las cosas chiquitas después sumen algo grande, y me funciona de ese modo. Tengo estabilidad laboral en la radio y en el noticiero, y eso me da cierta paz y tranquilidad.
¿Te tomás vacaciones?
Sí, paro 15 días en verano para estar con mi pareja, ver amigos. Suelo parar una semana a fines de diciembre y después en febrero 15 días de vacaciones panza arriba. ¡Me lo merezco!.