Era la decimosexta vez que participaba de un mundial de taekwon-do, y Patricia Garelik se prometió a sí misma que si ganaba el certamen 2015, se retiraría de la carrera deportiva. La última foto de su desempeño de alta competencia fue soñada: se llevó la quinta medalla dorada y subió al podio con Abril, su hijita, que tenía un año. Después del triunfo y con más tiempo disponible, aceptó la invitación para visitar a unos chicos que practicaban taekwon-Do en un comedor de Gregorio de Laferrere, en el partido bonaerense de La Matanza. Quiso darles una linda sorpresa, pero nunca imaginó que la primera sorprendida sería ella y que ese día le cambiaría la vida.
Al llegar, se encontró con unos 40 niños felices por ver a la campeona del mundo y poder tomar una clase con ella. “Practicaban sobre un piso de cemento que les lijaba los pies, las ventanas estaban sin vidrios, no tenían equipos, algunos comían solo lo que les servían en el comedor, pero tenían tantas ganas de practicar y de aprender que quise aportar mi granito de arena”, cuenta. Ni bien salió de allí, armó una cuenta de Facebook Taekwon-Do Solidario y organizó una campaña para conseguir la donación de equipos, nuevos o usados. La convocatoria fue tan exitosa que juntó 140 equipos más de los que necesitaban en Laferrere. “Empecé a averiguar en qué otros lugares daban taekwon-do y así comenzó la fundación, para dar soporte a comedores y fundaciones que ya brindaban clases gratuitas y sumar a otras ONG”. Hoy están presentes en una decena de sitios distribuidos en el conurbano bonaerense y el interior y trabajan con más de 300 niños y adolescentes.
Aprender enseñando
Para Patricia fue natural unir la acción social con la pasión por el deporte que practica desde los ocho años, cuando llegó con su hermana al Club Defensores de Glew. “El taekwon-do es una motivación constante para superarse. Al principio querés que la patada más simple te salga perfecta, y cuando te sale, te proponés hacerla con un salto y, después de conseguirlo, con salto y giro, y después con salto, giro y rompiendo una madera. Al ir cumpliendo los objetivos, la satisfacción es enorme”, dice. Eso de lograr que la destreza, la fuerza y la energía se alineen en función de un objetivo superador es el gran aporte del deporte en general y del taekwon-do en particular. “Enseña a saber defenderse, forma el carácter y fortalece la autoestima de los chicos. Algunos de ellos vienen de lugares violentos y la mayoría vive en condiciones de pobreza, pero cambian el chip, empiezan a ver que con constancia y dedicación, pueden luchar por lo que quieren y salir adelante. Estoy convencida de que lo que hacemos les mejora la vida”, asegura. La fundación tiene una estructura de diez docentes que trabajan ad honorem dando clases y también transmiten disciplina, buenos hábitos y valores. Ella dedica sus fines de semana a ir a cada uno de los lugares para dar una clase, coordinar la actividad con los profesores y ver cuáles son las necesidades de cada centro. “Los pilares de Taekwon-Do Solidario son los instructores, que tienen un corazón gigante y me permiten ocupar gran parte del tiempo en conseguir fondos para sostener el proyecto; nos mantenemos fundamentalmente gracias al aporte de particulares y por las donaciones que vamos consiguiendo”. Dentro del apoyo que les permite crecer está la invitación a torneos y seminarios, porque si tuvieran que pagar la inscripción, los chicos quedarían fuera de esa experiencia altamente enriquecedora. Patricia cuenta con orgullo que uno de los alumnos fue campeón panamericano en 2016 y hay otros con perfil para la competencia internacional.
“Estos cuatro años me enseñaron a no poner excusas; ellos tienen ganas de practicar el deporte más allá de las condiciones de vida que les hayan tocado. Entonces eso me da fuerzas para saber que soy una afortunada y que no hay excusas para no avanzar. También te empapás de realidad y querés hacer lo posible por darles una mejor calidad de vida. En definitiva, creo que el trabajo solidario es más grande que la competencia individual, porque puedo influir sobre el futuro de los chicos, que se motiven y salgan adelante. Tal como son los fundamentos del taekwon-do, trabajo por un mundo mejor y más pacífico”.
Para saber más
El objetivo actual es equipar a todos los lugares de práctica con pisos de goma. Para recaudar fondos, hacen acciones y reciben donaciones. Más info en www.taekwondo-solidario.com.ar y Fb/Taekwon-DoSolidario.