Con el fin del año pisándonos los talones, las vacaciones son el incentivo para transitar lo que resta, y noviembre se convierte en un mes clave para planificar ese descanso tan deseado.
También esta es la época en la que podremos comprobar cómo funcionó nuestra capacidad de ahorro durante todo el año y si nos quedó lo suficiente como para vacacionar.
Claro está que, al estar tan próximo el verano, las posibilidades de conseguir ofertas escasean más que si nos hubiésemos organizado con tiempo. Es importante tener un plan b. Es decir, planear el destino ideal y otro menos ambicioso pero más accesible.
Pero… a no desesperar, siempre hay algunos beneficios para aprovechar. Eso sí, hay que armarse de paciencia y estar dispuestas a comparar y no lanzarnos de cabeza a la primera “promo” que se nos cruce.
Si bien es cierto que las plataformas de viajes y estadías ofrecen buenos descuentos cuanto más una se anticipe a las vacaciones, también están las ofertas de último momento, que salen al mercado para terminar de completar la capacidad de un vuelo o un micro.
Ejemplo de ello es que durante los últimos días de noviembre se pueden encontrar buenos precios para volar entre febrero y marzo. Lo ideal sería no estar atadas a una fecha concreta, para poder tener cierta flexibilidad a la hora de elegir.
Estos descuentos de último minuto pueden llegar a alcanzar hasta un 40 por ciento. Pero será necesario agudizar las búsquedas y estar alertas todo el tiempo, ya que los valores pueden cambiar intermitentemente.
Este tipo de sitios suelen tener un sistema de alarmas que, al suscribirnos, nos indicarán cuando una oferta se activa y así no perderemos ninguna oportunidad.
Si se desea viajar al exterior también debe considerarse la posibilidad de sacar un pasaje desde un aeropuerto cercano, como pueden ser Montevideo o San Pablo. Aun cuando debamos trasladarnos hasta allí, los precios de un viaje pueden ser muchísimo menores.
Otra opción a tener en cuenta es que, según indican los especialistas en viajes, programar la salida para un martes o miércoles puede ser más barato que para salir otro día de la semana, mientras que el domingo resulta ser el día más caro.
Sea cual fuere el lugar, es imprescindible tener en cuenta que, mientras estamos de vacaciones, los gastos se incrementan entre un 30 y 70 por ciento por día con respecto a nuestra rutina cotidiana. Esta es una de las claves para saber cuánto dinero vamos a necesitar, además de contemplar pasajes, estadías, comidas y actividades recreativas.