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Bernardita Siutti

Armó una cuenta de Instagram con tutoriales de refacciones hogareñas.

Bernardita Siutti

“Tenemos que usar las redes para sumar”

Armó una cuenta de Instagram con tutoriales de refacciones hogareñas.

Le podría decir que Bernardita Siutti tuvo dos vidas. Al principio, era la dueña de una inmobiliaria con la que intermediaba el alquiler de locaciones para cine y publicidad. De eso vivió diez años, mientras nacieron sus tres hijas –Elena, Amelia e Inés–, compró la casa que alquilaba y empezó a hacer restauraciones, porque siempre le habían gustado los trabajos manuales y creativos. En aquella época era Berni. Hasta que en septiembre de 2017 creo una cuenta en Instagram, se calzó un mameluco rojo y comenzó a hacer tutoriales sobre cómo sacar la humedad de las paredes o usar el taladro. Su universo cambió. También su nombre, empezó a ser conocida como “mami albañil”. Ahora la reconocen en la calle, se multiplican exponencialmente los seguidores y las marcas le ofrecen ser sus sponsors.

De Berni a Mami Albañil. En la primavera de 2017, les contó a sus amigos que había reconvertido la habitación de sus hijas con cemento alisado. “No te hagas la albañil”, la cargaban. “Van a ver que me voy a abrir una cuenta en Instagram y me va a seguir todo el mundo”, desafió. Se rieron pensando que algún día iba a llegar a la centena de seguidores pero, a poco de empezar 2019, @mami.albanil ya tiene 176 mil. “Tuve que vender mi empresa porque, o agarraba el fratacho, o agarraba la computadora. Uní mis dos hobbies: la albañilería y la edición de videos”.

Incentiva el Girl Power (poder de las chicas), pero también conoce sus límites. “Algunas seguidoras me dicen que quieren tirar abajo una pared y yo les digo que para eso llamen a un arquitecto o a un maestro mayor de obras”. Aunque al principio le daba vergüenza aparecer en cámara y usaba filtros que le cambiaban la voz o la cara, hace rato que le saca lustre a su faceta actoral y se disfraza, por ejemplo, de Freddy Mercuri. “Lograr que 100 mil personas miren un video de cómo arreglar una pared con humedad, mientras Valeria Lynch canta ‘Qué ganas de no verte nunca más’, fue la vuelta que les interesó a las empresas. Se fue generando un grupo de albañilas imparables que envían fotos de las cosas que se animan a hacer”.

De los likes a tutoriales solidarios. Como la propuesta se basa en la reparación de las casas, empezaron a escribirle hogares a ver si les podía dar una mano con los arreglos pendientes. Así fue como, por ejemplo, se acercó a un hogar de niñas y adolescentes y cambió el piso. “Usé ese ambiente para hacer el tutorial y ponerles el piso de vinílico en rollos; lo hice con las chicas. Está bueno enseñar y ayudar”. El sistema la empuja hacia delante, como cuando la etiquetaron mostrándole el caso de un niño de Chaco, que está internado hace tres años en el hospital Garrahan. Su padre es albañil y le robaron todas sus herramientas. “Conseguí que le donaran todo el equipamiento. Le cambió la vida a esa familia; en medio de esa desgracia, aportamos un poco de felicidad”. Lo mismo sucedió con Mili, una chiquita de 7 años con parálisis cerebral, paraplejia, cuadriplejia, epilepsia refractaria, pubertad precoz y síndrome de West. La etiquetaron para mostrarle los problemas de la casa, viajó a Pergamino, donde vive la nena, y se encontró con que la vivienda está en pésimo estado. “Hay que tirarla abajo y hacer otra. Necesito que un albañil levante los cimientos para después seguir yo. Incluso me llamaron de unas casas prefabricadas para donarle; primero tenemos que tener los cimientos. Mi idea es armar una rifa, recaudar fondos, juntar seguidoras e ir a hacer el trabajo. Hay que traspasar la pantalla de Instagram, tenemos que usar las redes también para sumar”. Ya puso en marcha su sueño de armar una fundación rodante solidaria: Localiza Argentina, una empresa de alquiler de autos, le dio un utilitario, el “Mami móvil”, con el que irá a ayudar a distintos lugares. También se sumó Scania: con un camión de ellos hará dos misiones solidarias al año en distintos puntos del país. La primera será la casa de Mili. “Las marcas acompañan, la mayoría sin una pretensión marketinera, pero yo igual las nombro porque me parece que hay que contarlo”.

Dice que sus hijas se matan de risa de tener una mamá “instagramer” y bromea que cuando ven que una foto suya tiene 10 mil likes, se piensan que es Kim Kardashian. El crecimiento sostenido de su cuenta le da un poder que se traduce en vivir de lo que la apasiona y hacer para otros. “La responsabilidad es mucha y no es fácil entender que podés ayudar solo a algunos, pero recibí mucho amor del otro lado y soy una persona muy alegre, yo con la alegría levanto todo”.

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