Estar bien

Durante el verano la piel esta más expuesta y requiere de más cuidados.

Protegerse del sol

Durante el verano la piel esta más expuesta y requiere de más cuidados.

El sol pega más fuerte en primavera y verano, sí, pero los dermatólogos señalan que hay que cuidarse todo el año. “Incluso los días nublados o en invierno hay radiación solar que nos predispone a cáncer de piel, manchas y envejecimiento” , explica la doctora Natalia Queiroz, dermatóloga (@dermaconsulta). Y para cuidar la piel, debemos conocer nuestro fototipo. ¿Qué es?

FOTOTIPOS DE PIEL

Se trata de una escala que, del 1 al 6, categoriza los tipos de piel según su pigmentación. Los fototipos 1, 2 y 3 corresponden a los tonos más claros.

Los fototipos son una forma de referirnos a la coloración de la piel. Hay personas muy blancas, otras morenas, y todas deben cuidarse por igual”, explica Queiroz. Sin embargo es cierto que quienes mayor riesgo presentan de padecer algún trastorno como las quemaduras o el cáncer de piel son los fototipos claros, es decir las personas de piel y ojos claros y los pelirrojos.

 ¿CÓMO ELEGIR LA PROTECCIÓN TENIENDO EN CUENTA NUESTRA PIEL?

Queiroz señala que el protector solar ideal es el que cubre rayos ultravioletas A y B, con un factor alto como el 50, aunque a partir de 30 se considera una buena protección.

Otro aspecto a tener en cuenta a la hora de elegir uno es el tipo de piel, ya que los hay para pieles grasas y sensibles; y también que cumplen otros objetivos, como el control de manchas, la protección de la luz azul; y además hay protectores con color, entre otras opciones.

LOS CUIDADOS, ANTES Y DESPUÉS DE TOMAR SOL

Utilizar protector de factor alto (+50).

Renovarlo cada dos horas.

 Respetar de todos modos los horarios de exposición; es decir, no tomar sol de 10 a 16 horas.

Recurrir a los sombreros de ala ancha, lentes de sol y ropa con filtro solar cuando se está en un lugar sin sombra.

Hidratar la piel con cremas humectantes.

Tomar agua, que nos va a ayudar a evitar la deshidratación corporal.

¿QUÉ ES UNA QUEMADURA SOLAR?

La Clínica Mayo sostiene que una quemadura de sol es aquella en la que se observa la piel enrojecida y adolorida, además de presentarse caliente al tacto. Otras manifestaciones son:

Ampollas,

Fiebre, escalofríos, erupciones cutáneas,

Descamación o peladura de la piel varios días después.

Aunque los síntomas son temporales, el daño a las células es permanente, y las consecuencias pueden ser el envejecimiento prematuro de la piel y el cáncer.

En caso de sufrir una quemadura por exposición solar, lo recomendado es colocar crema hidratante sin perfumes e hipoalergénica e hidratarse de manera abundante»,

dice Queiroz, y recomienda evitar nuevas exposiciones solares, reforzar el uso de ropa y protector solar.

Cuando la quemadura es muy fuerte se recomienda la consulta con un profesional de salud (Médico Clínico o Dermatólogo) para evaluar el grado de profundidad y definir si requiere o no de algún cuidado especifico. “En caso de presentarse ampollas, estas no deben romperse y se debe consultar al médico”, agrega la especialista. Tampoco se recomienda el uso de productos cicatrizantes de venta libre, sin previa consulta al dermatólogo.

Además, la exposición solar intensa puede llevar a un cuadro de deshidratación, conocido comúnmente como insolación. Para evitarlo es importante aumentar la ingesta de líquidos y respetar los horarios de descanso solar (10 a 16 h).

¿QUÉ PASA CON LAS PECAS Y LOS LUNARES?

Las pecas y lunares tienen cierta predisposición genética, aunque también la exposición solar es un factor que predispone”, explica Queiroz. La dermatóloga sostiene que ambos son considerados lesiones benignas que no es necesario eliminar. De todas maneras, es importante acudir al dermatólogo todos los años, para controlar la piel y los lunares, según Queiroz.

¿CÓMO HACER UN AUTOEXAMEN?

La especialista asegura que es muy importante y que debemos hacer una vez al mes. De pie frente a un espejo, observar nuestros lunares para ver si tienen cambios. Hay que prestar atención al cuero cabelludo, las manos, los pies, las orejas, las axilas y los genitales.

Aquello a lo que debemos prestar atención para realizar una consulta inmediata es:

Los cambios en la coloración de los lunares y manchas.

El aumento del tamaño.

La aparición de manchas nuevas.

Si un lunar genera picazón o dolor, o si sangra.

Si tiene bordes irregulares.

Si aparece una lesión con bordes irregulares y partes de color rojo, rosa blanco, azul o azul oscuro.

Si hay lesiones oscuras en las palmas de las manos, las plantas de los pies, o en yemas de dedos de manos y pies.

Si aparecen lesiones que no se curan en las mucosas de la boca y la nariz.

De todas formas, el control anual con un dermatólogo es una herramienta eficaz de prevención y control de las enfermedades de la piel.

LA LUZ AZUL

Se trata de la luz emitida por aparatos tecnológicos como celulares, computadoras y televisores. “Este tipo de luz mancha la piel y es causante de envejecimiento”, explica Queiroz.

Entonces, quienes se exponen durante tiempo prolongado a las pantallas deben utilizar protectores solares para luz azul, que además también cubren la radiación UVB y UVA del sol. Se trata de protectores solares de amplio espectro.  

seguí leyendo: Estar bien