Se acuerdan de Crepúsculo, esa serie de 2009 con historias de amor entre vampiros adolescentes? Además de sus facciones bellísimas, los protagonistas se caracterizaban por su palidez y sus intensas ojeras violáceas. Más de una vez, cuando dormimos poco o nos sentimos mal, tenemos algo de estos personajes: el rostro pálido y una tonalidad oscura debajo de los ojos. Como tenemos poco de vampiros, hablemos sobre las ojeras entre los humanos “normales”.
¿Qué son las ojeras?
La hipercromía idiopática del anillo orbitario –comúnmente llamada ojera– es un cambio de coloración de la zona que rodea los ojos. Aquí la piel es muy fina, casi transparente, por eso los vasos sanguíneos son mucho más visibles. La forma del cráneo, con una depresión debajo de las cuencas oculares, también las hace más notorias, ya que allí no hay tejidos blandos y la piel está directamente con contacto con el hueso.
Tipos de ojeras
Podemos identificarlas según su coloración:
a. Azul-violáceas: son de origen circulatorio y se producen por deficiencias en el drenaje linfático o vascular, que hacen que se dilaten los capilares de la zona y se vuelvan más notorios. Son mucho más visibles en personas con piel muy clara. Hay varias causas que provocan la aparición de ojeras, en especial el estrés, cansancio, los problemas hepáticos, el consumo de alcohol o de tabaco y ciertos efectos adversos de medicamentos.
La mala alimentación y el uso de pantallas durante tiempo prolongado también predisponen a la formación de ojeras; al igual que el asma, la conjuntivitis y los eczemas provocados por dermatitis alérgica o de contacto. También pueden formarse en casos de hipertiroidismo y problemas cardíacos, renales o circulatorios; al igual que con los cambios hormonales habituales durante la menstruación, el embarazo o la menopausia.
b. Marrones: surgen por un exceso de melanina, que produce pigmentación en la zona, especialmente en personas con piel oscura. En general, la predisposición al exceso de pigmentación es hereditaria, pero estas ojeras se intensifican con la exposición al sol y los cambios hormonales.
Cómo cuidar la piel del contorno de ojos
Consultamos a la dermatocosmiatra Verónica Senese, quien nos explicó que la piel de la zona de los párpados, junto con la de los labios, es la más fina, sensible y delicada del rostro. Tiene poca protección, ya que no cuenta con glándulas sebáceas o sudoríparas, así que hay que protegerla con productos específicos. A partir de los 30/35 años hay que empezar a hidratar y cuidar la zona del contorno de ojos y “patas de gallo” con hidratantes, antioxidantes, descongestivos y antiarrugas, entre otros productos.
La experta recalcó la importancia de limpiar bien la zona (párpados superiores e inferiores), preferentemente a la mañana y a la noche, con una loción que no produzca ardor o picazón. Enjuagar con agua y secar suavemente dando toquecitos con la toalla, sin refregar. Luego, aplicar un producto específico para hidratar el contorno de ojos –lo ideal es que sea en forma de serum o gel– con movimientos circulares utilizando el dedo anular, que es el que ejerce menor presión.
El frío es un buen aliado para aliviar la congestión del contorno de ojos. Se pueden aplicar antifaces de gel, compresas o mascarillas frías de extracto de hamamelis, manzanilla o caléndula, o almohadillas de semillas.
Antes de exponerse al sol, utilizar siempre sombreros y anteojos, y aplicar un protector solar específico para el contorno de ojos, ya que la radiación UV estimula la producción de melanina y oscurece las ojeras. No hay que usar el mismo producto que se usa para el cuerpo, porque es mucho más espeso y, al colocarlo, se puede dañar la delicada piel de los párpados.
Maquillaje correctivo para disimular las ojeras
Además de dermatocosmiatra, Verónica Senese es maquilladora social, y nos cuenta sus secretos para utilizar el corrector de ojeras.
• En pieles secas, hidratar previamente la zona del contorno de ojos para que no se absorba el corrector. Si la piel es muy fina, este debe ser fluido, ya que el más pesado se nota mucho. En personas con piel grasa, fijarlo con polvo traslúcido para que no se desparrame por el resto del rostro. En pieles normales de buena textura, usar corrector cremoso, que es más cubritivo.
• Si las ojeras son marrones o azuladas, aplicar un corrector que vire al naranja. Si son violáceas, al amarillo; y si son verdosas, al rosado. Si no se cuenta con estos tonos, usar un corrector de un color parecido a la piel; aplicarlo con pequeños toquecitos y difuminar suavemente.
Hábitos que ayudan a evitar su aparición
✓ Tener una alimentación saludable y equilibrada que incluya fibra, para evitar el estreñimiento, y que sea reducida en sal, para no retener líquidos. Beber dos litros de agua al día, para mantener una buena hidratación.
✓ Dormir al menos ocho horas diarias, preferentemente boca arriba, para que la sangre circule mejor.
✓ Evitar el consumo de tabaco y alcohol, y limitar el de café.
✓ Realizar actividad física al menos tres veces por semana, durante unos 150 minutos en total.