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Nicolás Francella

En franco crecimiento laboral, Nicolás Francella se hace fuerte a partir de sus vínculos: familia y amigos, en el centro de la escena.

Nicolás Francella

“Mi casa es mi lugar en el mundo”

En franco crecimiento laboral, Nicolás Francella se hace fuerte a partir de sus vínculos: familia y amigos, en el centro de la escena.

Después de trabajar como creativo publicitario y productor, hace cinco años debutó en la actuación, oficio que heredó de su papá, Guillermo, y que comparte con su hermana, Johanna.

Se destacó en las tiras Las estrellas y Aliados, y los films Corazón de León, Los padecientes y Maracaibo. En teatro, protagonizó Madre e hijos. En mayo estrenará la película Los hombres de antes no usaban arsénico, dirigida por Juan José Campanella, y proyecta filmar otras dos en la primera mitad del año, además de participar de la nueva tira de Pol-ka.

 

 

¿En qué te considerás experto?

En ser un anfitrión en mi casa. Me gusta recibir gente, cocinar, armar el clima. Soy experto en eso.

 

¿Qué es lo que más disfrutás de hacer en tu tiempo libre?

Viajar. Soy amante de la playa y los paisajes.

 

¿Cómo te imaginás dentro de veinte años?

No suelo ponerme muchas metas en la vida, la verdad; si no, me frustraría todo el tiempo. Me imagino en familia, con continuidad laboral, pudiendo vivir de mi profesión, teniendo a mis mismos amigos. Quisiera seguir en el mismo plano, pero mucho más profundo.

 

Si no te hubieras dedicado a actuar, ¿que te habría gustado ser?

Soy medio fanático del diseño, la ambientación, la arquitectura. No sé si hubiera sido arquitecto, pero sí me hubiese gustado tener una compañía de ambientación y diseño.

 

¿Sos de usar redes sociales? ¿Cuáles? ¿Podés estar desconectado?

Uso bastante poco. Desde ya que puedo estar desconectado, sin dudas. Solamente utilizo Twitter para informarme con cosas inmediatas, o para promocionar trabajo. Pero no las uso en el día a día, mucha pelota no les doy.

 

¿Sos de ir al supermercado?

Sí, voy. Vivo solo y hago compras semanales o diarias. Soy el señor de los embutidos, hay mucho de eso en mi casa. Y siempre me doy maña para comprar cosas que me sirvan para cocinar algo rico a la noche.

 

¿Cuál fue el mejor regalo que recibiste en tu vida?

Por suerte, las cosas que quise, desde chico, las pude tener. Me acuerdo de unos botines de fútbol, de mi mesa azul de ping pong, pero me cuesta elegir un solo regalo. Gracias a Dios, pude siempre tener lo que quise.

 

¿El mejor recuerdo de tu infancia?

Creo que son muchos: los viajes en familia. Viajé mucho más de chico que de grande, con mi hermana y mis viejos. Y los momentos en el lugar en donde crecí, allí conocí a mis diez amigos, con los que sigo viéndome siempre.

 

¿Tu lugar favorito en el mundo?

Mi casa, en muchos momentos. Cuando recibo gente, más aún.

 

¿Tu actor favorito?

Caigo en un lugar común: Robert de Niro. Lo amo y toda mi vida siempre vi todo lo que hizo. Hay muchísimos actores que me gustan, pero por el que tengo adoración es él.

 

¿Un sueño pendiente?

La verdad que ninguno. No soy de desear cosas puntuales.

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