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Cuidar a nuestros animales en épocas festivas es sumamente importante. En esta nota, los especialistas indican qué pasos seguir para protegerlos.

Las mascotas y las fiestas

Cuidar a nuestros animales en épocas festivas es sumamente importante. En esta nota, los especialistas indican qué pasos seguir para protegerlos.

La época de las fiestas es especial, todos las amamos y nos encanta decorar la casa entera, pero para nuestras mascotas puede ser la peor del año. En cuanto a los ruidos, es sabido que su capacidad auditiva está más desarrollada que la de los seres humanos, y por esa razón sufren más las molestias de los petardos, las bombas de estruendo y los fuegos de artificio. “La pirotecnia puede producir pánico en los animales. El problema surge cuando el miedo aumenta en intensidad, generando respuesta fóbica, llevando a una alteración en el bienestar de las mascotas. Pero no todos responden de la misma manera. Aunque se cree que existe un componente genético, se sabe que los perros de mayor edad son más propensos al miedo. En los gatos, los signos pasan más desapercibidos”, sostiene la veterinaria María Florencia Presa.

El miedo desmedido en los animales puede ocasionar serios inconvenientes. “Las fiestas y los partidos de fútbol generan pánico en las mascotas y esto puede hacer que empiecen a correr, se choquen, se escapen, se lastimen o lastimen a otros. Además, el miedo los desorienta y pueden perderse”, explica el veterinario Rubén Acebal.  Algunos otros signos que podemos notar en nuestros animales son: congelamiento (freezing), temblor, aumento de la frecuencia respiratoria y/o cardíaca, salivación, micción, defecación, postura encogida, orejas hacia atrás y rabo entre las patas. A esto se suma la posibilidad de sufrir lesiones físicas por fuegos artificiales, como quemaduras y lesiones oculares. En algunos casos, los animales se escapan de sus casas sin una orientación evidente y pueden ser atropellados. “En aquellas mascotas con patologías crónicas como la epilepsia o enfermedades cardiorrespiratorias, los cuadros pueden agravarse”, agrega Presa.

También es importante tener cuidado con la decoración del arbolito –que incluye los elementos que se cuelgan de las ramas, las luces eléctricas y los regalos– ya que algunos perros y gatos pueden comérselos y sufrir graves problemas en su estómago e intestinos, que solo pueden solucionarse de manera quirúrgica. “Cuando las mascotas ingieren vidrio, o hilos y cables largos nos encontramos frente a una urgencia quirúrgica en la que se debe actuar con rapidez”, sostiene la veterinaria Lucía Moliné.  En algunos casos se realiza una ecografía, para ver si el animal comió material peligroso. “Si se trata de papel  o algo que se pueda eliminar con la materia fecal se indica una dieta con fibra para que se acelere el tránsito intestinal y se espera”, agrega.

Por eso, los días de festejo los dueños de las mascotas se preocupan por sus animalitos. “Mi perra Leia se pone muy mal con las fiestas y yo no puedo salir a ningún lado. La última vez que me fui y la dejé, al volver a casa encontré los muebles mordidos, y ella estaba súper angustiada. Vivir eso no me gustó”, cuenta Estela Costa.

 

Cómo cuidarlos

Ante esta situación tan estresante para el animal, muchas personas creen que la solución es dormir a la mascota con un sedante. “No se recomienda ninguna medicación porque tiene contraindicaciones. Solo se indica en casos excepcionales en los que el veterinario de cabecera crea necesario darla por un motivo puntual”, dice Moliné. Presa y Acebal coinciden en que no debe medicarse a los animales debido a los efectos secundarios nocivos para ellos. La medicación se utiliza sólo en casos extremos. “Mi bóxer siempre se ponía mal en las fiestas, así que fui a la veterinaria para pedir algún sedante. Ahí me explicaron que no podía darle medicación y me enseñaron cómo podía ayudarlo a pasar esas horas lo más relajado posible. Fue buenísimo”, cuenta Alberto Paz.

Entonces, cuando llega el día de los festejos, lo mejor es acompañar a nuestra mascota y transmitirle tranquilidad. “Lo ideal es que el perro se sienta seguro y que él elija donde quiere estar. Esto puede ser debajo de una cama o atrás de la puerta”, sostiene Acebal. “Recuerdo que una Navidad nos quedamos con mi familia acompañando a Wendy, nuestra perrita, que se había acostado abajo de la mesa. Todos le hacíamos caricias con los pies y ella se sintió muy tranquila”, relata Marcela Juntas.

Además de no encerrarlos y dejar que ellos elijan su rincón favorito, podemos disminuir los ruidos, mantenerlos alejados de los adornos peligrosos y darles premios. “Conviene cerrar las ventanas y bajar las persianas para que los ruidos se vean atenuados. Para que se relajen, podemos darles un premio, pero no conviene convidarles nuestra comida porque les puede producir gastroenteritis”, explica Moliné.

Bajo ninguna circunstancia se recomienda encerrarlos, enjaularlos o atarlos, porque en la desesperación por correr se pueden lastimar. Una medida importante es utilizar la placa identificatoria y el collar bien ceñido (para que no se le enganche). Para lograr que se relajen es importante elegir un sonido de fondo que tape los ruidos externos, como la música o la radio. “Conviene dejarle juguetes, abundante agua y una manta con nuestro olor. Además, si está acostumbrado, podemos colocarle tapones de silicona o algodones en los oídos, y unas horas antes, podemos llevarlo a hacer ejercicio físico. Esto lo va a ayudar a relajarse”, concluye Presa.

 

Prevención de la fobia

Si tu mascota sufre muy intensamente los ruidos, es importante que consultes con un veterinario etólogo. Mediante técnicas conductistas con juegos y alimento se los puede entrenar para sobrellevar el ruido sin ansiedad ni pánico. Para lograrlo, gradualmente se los expone a sonidos fuertes grabados que se reproducen y de a poco se incrementa su volumen, mientras que la mascota se acostumbra y deja de sufrir.

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