En armonía

El derecho al goce y a la felicidad no es algo exclusivo de los jóvenes. Las personas adultas también pueden disfrutar de la sexualidad y hacer que esta no decaiga con la edad.

La sexualidad madura

El derecho al goce y a la felicidad no es algo exclusivo de los jóvenes. Las personas adultas también pueden disfrutar de la sexualidad y hacer que esta no decaiga con la edad.

La sexualidad madura es tan placentera como la juvenil. O mejor”, asegura la Lic. Any Krieger, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina. “Las mujeres de 60 años o más  desafían la idea que siempre tuvimos acerca de la menopausia y se atreven a enseñarnos una sexualidad activa y plena. La experiencia juega una buena pasada y suma satisfacción a la vida erótica”, agregó.

No es la idea que transmiten la publicidad y el cine, donde la madurez se asocia solamente con regar plantas y cuidar nietos. Esta imagen de seres asexuados incluso puede aumentar la presión de quienes tienen deseos de encontrar pareja a esa edad.  Así lo relatan algunos pacientes de la psicóloga consultada, que llegan a verla preocupados por su desempeño en la cama con sus nuevas compañeras. “Vivimos en una época en la que el Tinder se ha vuelto democrático y se encuentran sujetos que, pasados los 60 años, no renuncian a los encuentros. Yo me sorprendo con los relatos de pacientes hombres que salen con mujeres jóvenes y se autoexigen una performance asombrosa, asistidos por la pastillita azul”.

Cambios en el cuerpo

En el estudio “Sexualidad en la adultez y la tercera edad”, de Harvard Health Publishing, el autor Alan Altman explica las principales preocupaciones relacionadas con el sexo y el envejecimiento: tardar más tiempo en excitarse, erecciones menos firmes en los hombres, menos lubricación en las mujeres y orgasmos menos intensos.

Esto puede ser más frecuente entre quienes toman ciertos medicamentos o tienen problemas de salud que afectan la vida sexual, como diabetes, presión arterial, enfermedades cardíacas y artritis.

Según Altman, todas las preocupaciones pueden superarse y disfrutar de un mejor sexo.  Estas son algunas de las sugerencias que brinda su investigación.

 

Hablar con la pareja

A algunos les cuesta más que a otros, pero cuando ocurren problemas sexuales, los sentimientos de dolor, vergüenza, culpa y resentimiento pueden impedir el inicio de una conversación. Es importante hacer el esfuerzo por superar estos sentimientos y entablar un diálogo sincero.

Hay dos tipos de conversaciones: las que ocurren en el dormitorio y las que ocurren en cualquier otro lugar. El experto recomienda dejar los problemas para un lugar más neutral.

 

Informarse bien

Si hablar del tema con un médico nos da vergüenza, hay una gran cantidad de bibliografía de autores serios y reconocidos sobre el tema que pueden ayudar. Incluso, esta lectura puede compartirse en pareja y crear un clima de intimidad.

 

Darse tiempo

A medida que pasan los años, la respuesta sexual se hace cada vez más lenta. Entonces, es conveniente elegir un lugar donde podamos estar cómodos y tranquilos para hacer el amor sin interrupciones. Si ya sabemos que es probable que necesitemos más tiempo para excitarnos, reservémonos ese tiempo y evitemos frustraciones.

 

Entregarnos a las caricias

La técnica de focalización sensorial, tal como llaman los terapeutas sexuales, son fundamentales para relajarnos y disfrutar del sexo. Para que sean como las deseamos, deberemos explicarle a nuestro amante cómo nos gustan y pedirle a él que nos enseñe cómo tocarlo. Es el momento para pedir lo que queremos: más suave, más fuerte, más arriba, más abajo.

 

Crear un entorno más sensual

El sexo involucra a los cinco sentidos. Por eso, si queremos tener un encuentro realmente placentero, concentrémonos en poner una buena música, en elegir ropa que sea suave al tacto, en buscar un aroma seductor, encender una vela o saborear una fruta madura y jugosa. De esta manera, iremos preparándonos con todos los sentidos para el placer.

 

El sexo empieza fuera del dormitorio

Para mejorar la vida íntima, hay que crear el clima. Y esto se logra preparando el ambiente para el encuentro. Por ejemplo, enviando mensajes de texto excitantes, tomando juntos un baño de burbujas… Nada más erótico como reírse y ser cómplices.

 

Ser más creativos

Aumentar el repertorio sexual y variar las rutinas son una excelentes modos  de hacer del sexo algo más excitante. Si estamos acostumbrados a tener un encuentro cada sábado a la noche, cambiar al domingo por la mañana.

 

Ser más románticos

Leer una poesía bajo un árbol o en el jardín, sorprender a nuestra pareja con un ramo de flores, aun cuando no sea el aniversario ni el cumpleaños, planificar un día entero de quedarse en la cama a conversar y disfrutar de la intimidad puede ser el mejor programa de los últimos meses.

Hábitos saludables, sexo saludable

Hacer actividad física no solo nos ayuda a prevenir enfermedades; también mejora el funcionamiento sexual. La excitación depende en gran parte del buen flujo sanguíneo. Por eso, hacer ejercicios aeróbicos que fortalecen el corazón y los vasos sanguíneos es fundamental.  Al mismo tiempo, hábitos como el tabaquismo pueden afectar el flujo sanguíneo a la anatomía sexual.

 

¿Existen las fantasías en la madurez?

Alrededor del 60 por ciento de los hombres y el 68 por ciento de las mujeres nunca conversaron con nadie sobre sus fantasías sexuales, según un reporte de la asociación sin fines de lucro AARP (la asociación americana que atiende las necesidades e intereses de las personas mayores de 50 años). De hecho, apenas el 28 por ciento de los hombres y el 19 por ciento de las mujeres han charlado con sus parejas acerca de sus pensamientos eróticos. Aunque es probable que las nuevas generaciones modifiquen esta tendencia gracias a la aparición de las redes sociales, donde expresan muchas de sus ideas, la edad no es excusa. “Las fantasías no tienen fecha de vencimiento, no caducan con la edad, están siempre. Si bien hay un acontecimiento hormonal, hay un savoire-faire y siempre el deseo vence”, señaló la Lic. Any Kriger, autora del libro Sexo a la carta, de Editorial Lumen.

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