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Bárbara Stocki

Por los Chicos, busca mejorar la calidad de vida de niños en situación de vulnerabilidad en la Argentina, con énfasis en la educación y la nutrición.

Bárbara Stocki

“Juntos podemos transformar la realidad”

Por los Chicos, busca mejorar la calidad de vida de niños en situación de vulnerabilidad en la Argentina, con énfasis en la educación y la nutrición.

Bárbara Stocki nunca imaginó que sería tomada en cuerpo y alma por la labor social. Ella es fotógrafa profesional y trabajaba en la atención al público hasta que en 2011, a pedido de un amigo, se sumó como voluntaria para manejar la tienda virtual de la ONG Por los Chicos.

“Este mundo se fue apoderando de mí, y en 2013, ya en forma rentada, empecé a hacer la coordinación general. Es un trabajo intenso pero hermoso”, relata, y explica además que al entrar en el universo de la solidaridad descubrió la gran cantidad de gente trabajando desde distintas perspectivas y organizaciones para construir cosas positivas.

En Por los chicos hacen apoyo alimentario y educación nutricional. “Colaboramos con comedores que están conformados por sí mismos y, en paralelo, montamos distintos proyectos”. Llegan a 17 puntos distribuidos en todo el país: GBA, Chaco, Corrientes, Misiones, Santiago del Estero, Río Negro, Mar del Plata, Mendoza y Ciudad de Buenos Aires. La organización recauda dinero y luego distribuye y transfiere los fondos a supermercados mayoristas para que los referentes de cada comedor compren la mercadería. “En general, ellos reciben mucho arroz, polenta y fideos. Nosotros intentamos balancearles el plan nutricional y abastecerlos con alimentos frescos, frutas, verduras y leche”.

Por otro lado, los proyectos son diversos: hay uno que se aboca a la nutrición infantil y que atiende a los chicos en consultorio con un equipo de nutricionistas, además de trabajar con sus papás o mamás en talleres de psicología, de límites, de recetas y de cocina. Otro es de educación, con apoyo escolar e iniciación al arte, y otro enseña hábitos saludables mediante el juego.

Nutrir(nos)

Si bien la labor de Bárbara es fuertemente de articulación en la oficina, ella se da “el mimo hermoso” de viajar a los comedores cada vez que puede. “Cuando conseguimos el dinero que nos lo permite, me encanta visitar a los chicos. Uno va a brindarles tiempo, contención, cariño. En Corrientes, por ejemplo, estuve el año pasado y hacía dos años que no iba. Sin embargo, los nenes se acordaban de mí. Vienen a abrazarte y te dicen que te extrañaron, saben tu nombre y lo que hacés. Es hermoso”.

La nutrición no es solo una cuestión alimentaria sino también un concepto integral que implica dar herramientas en el amplio sentido. “A los chicos les falta contención, muchas veces porque sus padres tampoco la tuvieron, no es que no se la brinden porque no quieran sino porque no tienen esa experiencia, ese modelo”, dice. Las familias son parte fundamental de los programas porque con ellas se trabaja el poder maximizar los recursos, enseñarles recetas y concientizar sobre la importancia de un menú saludable y equilibrado. “Cuando vamos a Chaco, por ejemplo, las mamás nos esperan con pan casero y mucha alegría. Necesidades hay en todos lados y básicamente son las mismas en todo el país, pero quienes están en CABA y GBA tienen más llegada de la ayuda que en una escuela rural en Santiago del Estero, por ejemplo”, explica Bárbara.

“Para ayudar, no se necesita tener mucho tiempo o dinero. Nosotros contamos con el aporte de cantidad de gente que colabora con 50 pesos mensuales y son personas constantes en su ayuda. Juntos podemos seguir transformando la realidad”

La ONG se financia gracias a una plataforma de padrinazgo formada por “gente común hermosa” que hace su aporte por débito automático y el monto que quiera. “Nosotros exponemos los proyectos y comedores; cada uno tiene foto, una breve descripción, el nombre del referente y su mail para que la transparencia sea total. Una vez que elegís el comedor o proyecto al que querés que llegue el dinero, ingresás los datos y establecés el monto. También tenemos relación con algunas empresas que financian proyectos por x cantidad de tiempo o se suman para alguna campaña puntual”.

Hoy Por los Chicos tiene una estructura de entre 35 y 45 voluntarios que ponen manos a la obra a la salida de sus propios trabajos. Algunos suman su expertise y otros van a los proyectos. “A mí, Por los Chicos me cambió la vida, en cómo tratar al prójimo, en tener más paciencia, más empatía, en tratar de entender al otro y a no juzgar por lo poco o mucho que pueda hacer”. Bárbara cree que si las organizaciones sociales tuvieran más difusión, habría más personas interesadas en sumar su esfuerzo. “Para ayudar, no se necesita tener mucho tiempo o dinero. Nosotros contamos con el aporte de cantidad de gente que colabora con 50 pesos mensuales y son personas constantes en su ayuda. Juntos podemos seguir transformando la realidad”. Es un gran mensaje: si todos aportáramos al mes casi lo mismo que cuesta un litro de leche, habría una gran cantidad de recursos para hacerles más fácil y mejor la vida a muchos.

Cómo ayudar

Por los chicos necesita gente responsable y comprometida, con muchas ganas de ayudar. También personas dispuestas a hacer su aporte económico mensual en www.porloschicos.com.
Más información en voluntarios@porloschicos.com

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