En la actualidad, el estilo de vida que llevamos, los problemas económicos y emocionales, los malos hábitos alimentarios, el estrés y la ansiedad, entre otros factores, son responsables de la mayor parte de las enfermedades que padecemos. Muchas veces, este ritmo “acelerado” nos empuja a comer con cierta prisa, sin registrar lo que ingresa en nuestra boca ni preguntarnos si realmente tenemos hambre o deseos de comer. Perdemos completamente el sentido de la relación entre nuestra alimentación y nuestro cuerpo y recién nos hacemos conscientes de ello cuando aparecen problemas de sobrepeso o una sensación de malestar en el organismo, con lo que pueden surgir también la culpa y los reproches por lo que comemos y por lo que no.
Desde hace un tiempo, una nueva corriente llamada alimentación consciente (mindful eating) llegó para ayudarnos a mejorar la forma en que nos relacionamos con la comida y lograr buenos hábitos alimentarios de manera permanente. Es decir, no se refiere tan solo a qué comemos sino a cómo lo comemos. De poco nos sirve cambiar el tipo de alimentos si los ingerimos demasiado rápido, sin masticar lo suficiente o sin permitir que nuestros sentidos disfruten de la experiencia. Desarrollada por la médica Jan Chozen Bays, esta técnica deriva del término mindfulness (la capacidad de prestar atención plena al momento presente) y se basa –a partir de meditaciones y ejercicios– en escuchar al cuerpo y decodificar sus emociones para así poder darle el tipo y la cantidad de alimento necesarios para que pueda disfrutar de la comida con libertad y sin culpas.
“Sirve para todas aquellas personas que quieren adelgazar, ordenar sus comidas, o que tienen que hacer una alimentación especial por requerimiento médico (en el caso de los diabéticos o celíacos) y obtener resultados efectivos y sustentables”, nos explica María Elena Ledesma, técnica en Dietética y Nutrición y referente de este movimiento en Argentina. Estos son algunos de sus beneficios:
Beneficios de la alimentación consciente
- ✓ Ordena hábitos.
- ✓ Al cortar con el círculo vicioso de las dietas, te libera de los sentimientos de ansiedad, culpa y restricción.
- ✓ Reduce la ansiedad y la ingesta por estrés.
- ✓ Enseña a cambiar malos hábitos alimenticios.
- ✓ Desarrolla un autocuidado y una autoaceptación.
- ✓ Potencia los sentidos, para disfrutar de la comida.
- ✓ Te conecta con tu sabiduría interior.
Comer consciente vs. comer emocional
Nuestra manera de comer está muy influenciada por el entorno sociocultural, pero también lo está por las emociones. Utilizar la comida como alivio o antidepresivo para afrontar ciertas situaciones no es más que una vía rápida que utiliza el cerebro para obtener una disminución momentánea de algún tipo de angustia vital. El problema es cuando este tipo de actitudes terminan convirtiéndose en un hábito y generan enfermedades.
Según la especialista, está comprobado que nuestro cerebro necesita alrededor de 20 minutos para recibir y analizar las señales de saciedad que emite el estómago. Al comer muy rápido es probable que no solo terminemos comiendo más de lo necesario, sino que no lo disfrutemos. En cambio, al comer de manera consciente comenzamos a sentirnos mejor porque percibimos que tenemos control sobre nuestro cuerpo.
¿Cómo ponerla en práctica?
Se requiere de un entrenamiento a nivel cognitivo, conductual y emocional que nos permita un mayor autoconocimiento y autocontrol. El apoyo profesional y la puesta en práctica de una serie de ejercicios nos ayudarán a volver más claras las señales internas y a controlar las externas. Por ejemplo, aprenderemos a diferenciar el hambre fisiológica de la psicológica, a disfrutar de un bocado placentero y a reconocer la saciedad en nuestro cuerpo.
Según Ledesma, en estos talleres –que pueden ser también a distancia– se aprende de manera práctica y sensorial a degustar los alimentos y a identificar los problemas que impiden lograr el resultado deseado. “Se trabaja con la percepción de los alimentos y de nosotros mismos con respecto a la alimentación, desde una mirada amable y asertiva”, revela la chef profesional y miembro de The Center of Mindful Eating de Estados Unidos. Y si bien confiesa que no es algo que podamos lograr de un día para el otro, asegura que con el tiempo es posible alcanzar una alimentación más equilibrada que nos permita disfrutar de la comida y alejarnos de las enfermedades producidas por los malos hábitos alimentarios.
Tips para mejorar tu alimentación
✓ Identificá qué tipo de hambre tenés al comer, si es física o emocional.
✓ Antes de comer, concentrate para “sentir” cuánta hambre tenés.
✓ Comé pausadamente y masticá más.
✓ Antes de repetir el plato, preguntate qué nivel de saciedad sentís.
✓ No comas en “piloto automático”.
✓ Evitá pasar hambre. La restricción termina en descontrol.
✓ Tomá más agua durante el día