En SPA casero puede ser súper completo y abarcar de la cabeza a los pies. Un buen comienzo es un shock nutritivo de queratina para el pelo, que ayuda a reparar los daños provocados por el secador, la planchita o la tintura.
Cabello
Con una ampolla de queratina podemos restaurar el cabello quebradizo o sin brillo y las puntas florecidas, se puede usar en crema o líquida y ambas requieren de una aplicación similar. La crema se aplica sobre el cabello limpio y húmedo, se deja actuar el tiempo que indica el envase y se enjuaga con agua tibia; lo ideal es, mientras actúa la crema, darle calor o cubrirlo con una gorra de baño. Con las ampollas, en cambio, es necesario masajearse mientras actúa el producto, para facilitar su penetración. Se deja actuar el tiempo que indique el envase y luego se enjuaga.
Rostro
Para eliminar impurezas y limpiar los poros, lo ideal es el sauna facial. Luego de tomar los recaudos correspondientes para la manipulación de líquidos con altas temperaturas, sugerimos realizar ‒en un bol grande o cacerola‒ una humidificación con agua bien caliente, donde se puede echar unas gotas de esencia de lavanda, rosa o eucaliptus. Se expone la cara a la acción del vapor cubriendo la cabeza con una toalla abierta para que este no se escape. Se mantiene esta posición por tres a cinco minutos y luego se enjuaga la piel con agua fría, para luego secar con una toalla suave, sin refregar.
Otra opción es realizar un exfoliante casero y prepararlo mezclando media cucharada de azúcar por cada cucharada de crema humectante y masajear con movimientos circulares, en especial en la nariz, la frente y el mentón. Se enjuaga con agua tibia o fría y se seca con una toalla, sin refregar.
Máscaras: ayudan a restituir la humedad y la elasticidad a la piel. El fango termal, por ejemplo, elimina las células muertas y permite una mejor absorción de los nutrientes minerales que contiene. Se aplica pincelando una capa gruesa en el rostro, cuello y escote; se deja actuar de 15 a 20 minutos y se elimina con una toalla húmeda. Hay otras opciones de máscaras, como la de chocolate y manteca de karité, que dejan la piel fresca y luminosa, además de hidratar y reducir el enrojecimiento. Otra alternativa más económica son las máscaras caseras: una receta fácil es procesar dos zanahorias con el jugo de medio limón y dos cucharadas de yogur natural y proceder tal como en las máscaras habituales.
Manos
El tratamiento comienza cortando o limando las uñas. Luego se sumergen unos minutos los dedos en agua tibia para ablandar las durezas, que se desplazan con un palito de naranjo o un empujador. Se cortan los sobrantes de piel con un alicate (no es conveniente eliminar las cutículas, ya que esto aumenta el riesgo de causar heridas o infecciones en la base de las uñas). Una vez que estas están prolijas, y los contornos libres de “sobrantes”, se pueden esmaltar o hacer previamente un baño suavizante a base de parafina.
Baño de parafina: la parafina es un potente humectante y suavizante; al usarse caliente, se dilatan los poros, con lo cual, penetra mejor en la piel. Se puede comprar un pote de 650 gramos para compartir entre varias amigas. Se derrite en un bol a baño de María o directamente en el microondas hasta que alcance unos 60°. Mientras se entibia, es el momento de exfoliar las manos con el exfoliante casero para eliminar las células muertas, masajeándolas con movimientos circulares. Enjuagar y secar muy bien.
Sumergir cada mano en la parafina, dejar secar unos segundos y repetir otras cuatro veces hasta que quede bien cubierta. Luego, envolver en forma individual con una bolsita de nylon y poner encima una manopla de toalla; si no se cuenta con manoplas, un par de medias de algodón cumple la misma función, de dar calor los 15 minutos que se deja actuar el producto. Pasado este tiempo, se elimina la parafina despegándola de la piel (se puede reutilizar). El resultado será una piel súper sedosa al tacto y perfectamente hidratada. La única contraindicación es no usarla si se tienen lastimaduras. Si se van a esmaltar las uñas, conviene frotarlas antes con una toalla para eliminar la oleosidad de la parafina.
Pies
Los pies se tratan igual que las manos, pero en este caso también hay que eliminar las durezas de los talones con una piedra pómez. Se les puede dar un baño de parafina con un procedimiento igual que el de las manos, pero en este caso se la aplica con una pinceleta.
Piernas y brazos
En las extremidades conviene hacer una exfoliación profunda, haciendo hincapié en codos y rodillas. Luego, aplicar una crema humectante bien espesa para nutrir a fondo la piel.
Un momento de relax
Además del aspecto estético, la belleza interior también es importante. Por eso es bueno dedicar unos minutos a la relajación, acostándose en el suelo sobre una manta. Cerrar los ojos (mejor si es con un pañuelo sobre los párpados) y respirar profundamente contando en forma descendente del 20 al 1. Luego, quedarse en esta posición y concentrarse únicamente en la respiración. Este ejercicio es mucho más placentero si se lo hace en un ambiente a media luz, con música suave y una vela aromática encendida, o un hornito con aceite esencial de lavanda o rosa.