Siete de cada diez argentinos aseguran que la mascota es un integrante más de la familia. El 61 por ciento de ellos tiene perro y el 34 por ciento tiene gato. Pero a la hora de organizar un viaje, el 69 por ciento de las personas confiesa que le preocupa qué hacer con el perro o gato cuando planifican las vacaciones. Así lo demuestra una investigación de mercado realizada por la consultora Kantar TNS.
En los últimos años, muchos hoteles y casas de alquiler agregaron un ícono de perrito a la descripción de sus servicios para comunicar que aceptan mascotas. Basta con buscar en algunas de las plataformas de hoteles más populares del mundo para confirmar que en Argentina ya hay casi 6.000 que permiten ingresar con tus amigos peludos: 1.000 de ellos están en la costa atlántica.
Si la idea es ir a la playa, además de encontrar un hotel o casa que las acepte, lo mismo debería suceder con los balnearios. Por ejemplo, en Mar del Plata, el balneario Playas del Balcón, en la zona del faro, fue el primero en convertirse “amigo de las mascotas”, según la guía que los identifica (www.guiapetfriendly.com), en la que también se pueden buscar hospedajes y restaurantes con esta característica.
Antes de salir
“No todos los perros se pueden ir de viaje, ya que deben primero estar acostumbrados a viajar. Por eso, lo ideal es acostumbrarlos desde chicos al auto”, explicó el Dr. Rubén Mentzel, médico veterinario especialista en etología clínica (comportamiento animal). Y agregó: “La distancia no es un problema. Si el perro está acostumbrado, lo único que hay que tener en cuenta es parar cada tanto para que el animal evacúe y se hidrate. Previo al viaje, se aconseja que coman poco, ya que si tienen el estómago lleno pueden llegar a tener náuseas. La recomendación es que coman hasta cuatro horas antes de salir; una ración limitada o pequeña”, agregó el veterinario.
Según especifica SENASA, para viajar dentro de la Argentina con un perro se necesita: certificado de vacunación antirrábica, confeccionado por un profesional veterinario matriculado (privado) o Colegio de Veterinarios según la jurisdicción geográfica y que contenga los datos del propietario, animal y vacuna utilizada. Además, un certificado de salud realizado dentro de los 10 días previos. Otro requisito que exigen algunas provincias es el cinturón de seguridad específico para el perro.
Perros ansiosos
Hay perros que desde que se suben al auto empiezan a lloriquear o a moverse. Y esto puede hacer que el viaje se haga eterno no solo para la mascota sino para los integrantes de la familia. “Hay perros que padecen cinetosis, que se genera con el movimiento del auto y produce náuseas y a veces vómitos. Esto puede advertirse si el perro saliva más de lo normal. Pero los únicos que pueden indicar medicación son los veterinarios, ya que no existe un medicamento que sirva para todos los perros. Depende del tipo de malestar que tenga el animal en el viaje. El riesgo de darle un medicamento sin consultar a un especialista es muy alto. Puede haber sobredosificación o incluso puede tener efectos indeseables, como excitación o un descenso de la presión, entre otros”, señaló el Dr. Rubén Mentzel.
Entre las opciones que puede indicar un veterinario, se incluyen algunas de venta libre, así como otras que requieren receta médica, o incluso se le puede ofrecer al animal “un alimento antiestrés, entre 10 a 15 días antes del viaje; así como otros nutracéuticos o suplementos nutricionales con efecto terapéutico, fitoterapia, entre otras. El objetivo es la seguridad del animal y la familia. Es muy peligroso automedicar a los animales”, comentó la Dra. María de la Paz Salinas, diplomada en Psiquiatría Veterinaria de la Universidad de Lyon 1, Francia.
No obstante, los perros adultos que nunca viajaron en auto probablemente se pongan ansiosos. En estos casos, se puede implementar un programa para desensibilizarlo y que de a poco se vaya acostumbrando. “Si al perro la resulta desagradable subirse al auto, se lo puede ir exponiendo gradualmente a las condiciones de viaje para establecer el grado de respuesta. Esto debería ser supervisado por un veterinario o un adiestrador”.
La adaptación
Muchas familias se preguntan si el perro disfrutará en el lugar que eligieron para descansar. “A todo perro le genera algo de estrés el cambiar de ambiente. Esto también pasa en los humanos con las mudanzas y los viajes, pero la diferencia estriba en que estos últimos pueden sobrellevar mejor el estrés de un viaje pensando en lo que disfrutarán al llegar al lugar de destino. Esto no pueden hacerlo los perros, con lo cual, durante el viaje no tienen noción de hacia dónde están yendo ni qué les deparará el final del viaje. Es cierto que muchos perros que durante un par de años han ido a vacacionar con sus dueños al mismo lugar pueden llegar a relacionar el viaje con el destino y no estresarse en su transcurso. Igualmente, todo cambio ambiental y el rompimiento de la rutina diaria generan un estado de ansiedad de distintos grados en los animales”, especificó el Dr. Ricardo Luis Bruno, médico veterinario y especialista en comportamiento animal.