Son las 8 y media de la mañana del lunes. Florencia Peña está en su casa produciéndose para esta nota. La maquillan y la peinan. Son las 10, llega al estudio fotográfico radiante. Son las 13 y se encuentra con Lourdes Sánchez y Diego Ramos para el ensayo de la salsa de a tres que, cuando esta nota sea publicada, ya habrá sido uno de los acontecimientos de Showmatch, donde ella además es jurado. Son las 15 y se sube al auto que la llevará a la filmación de la película Panelista. A principios de octubre estrenó El Potro, y sigue haciendo Los vecinos de arriba, la comedia éxito de la calle Corrientes. En medio de todo, prepara el primer cumpleaños de Felipe. Ella se ríe del cansancio que implica seguirle los pasos y dice que está acostumbrada a hacer muchas cosas a la vez.
Tendrás una buena red de contención en la que apoyarte.
Sí, tengo una red de afectos muy importante, de gente que labura conmigo pero que no son empleados, son amigos, gente que me quiere y, sobre todo, que me dice la verdad. Porque cuando tenés lo que se llaman “séquitos”, en general son muy chupamedias y te tratan como si fueras una estrella, y yo soy una persona normal, con mis aciertos y desaciertos. La única manera de crecer es siendo honesto con uno y con los demás.
Me das pie para contarte que, tras el debate público acerca de tu intimidad, nos gustaría ser más originales y pensar en una palabra que te atraviesa, la libertad.
Está buenísimo lo que decís.
Antes del embarazo de Felipe hablabas de que eso era un aprendizaje para vos. ¿Cómo fuiste haciéndote más libre?
Tengo una frase de cabecera que es que “Hay lugares hermosos fuera de la comodidad”. Prefiero errar a no atreverme, porque del error se aprende y porque mi naturaleza curiosa hace que yo necesite todo el tiempo ir por más. Mi vida no es de una sola manera. Yo siento que tuve muchas vidas en una y que voy a seguir teniendo nuevas vidas.
¡Este es el número aniversario de EXPERTAS y pensaba justamente en cuántos nacimientos fuiste teniendo!
Totalmente, los acepto y los agradezco. En este momento, mi vida está puesta en un lugar de, casi te diría… (piensa) tratar de ser brutalmente honesta conmigo para poder ser honesta con los demás… y eso no significa decirles barbaridades a los otros, uno vive en sociedad y no dice todo lo que piensa, pero lo importante es no perderme la posibilidad de tratar de ser honesta con mi naturaleza, por ende, tratar de ser clara con el otro cuando se están generando acuerdos; lo digo en todos los sentidos.
“Hay lugares hermosos fuera de la comodidad”
¿Esa receta la aplicás al elegir tus proyectos laborales?
Ante cada propuesta, pienso qué le puedo dar a ese laburo y qué me puede dar a mí y, si acepto hacerlo, muero con las botas puestas. No le temo al fracaso ni al error ni a que las cosas no sean como uno las espera, porque aprendí a bajar las expectativas. Me caigo, me levanto y ahí vivo. Y cuando encaro trabajos que me entusiasman, me pongo como una chiquita contenta. No quiero perder nunca esa cosa lúdica.
¿De qué se trata la película que estás filmando?
Del mundo de los chimentos y de la tele. Es muy interesante, porque habla de la vida de hoy, en la que quedamos metidos en la exposición y presos de las primicias, que padecemos quienes somos la primicia de alguien.
¿Qué te atrae de ser jurado de Showmatch?
Es un lugar donde me pongo de observadora, cuando siempre fui hacedora, y me gusta ver crecer a los pares y ver qué puedo aportarles.
Después del nacimiento de Felipe dijiste que seguís siendo una guerrera pero que estás en paz. ¿Es una contradicción?
No, el budismo habla mucho de eso, cuando uno va a la guerra, tiene que estar lo más tranquilo posible para estar inteligente, receptivo y alerta. Cuando vivís en un estado de conciencia, la vida te exige más, pero también el goce y el disfrute es enorme. Yo sufro mucho mis aprendizajes porque me pongo metas muy altas, pero también disfruto muy intensamente.
“Hasta las tragedias más grandes de mi vida, las he reconvertido con humor”
¿Cuáles son los costos de ser quien sos?
¡Enormes! (risas) Pero tengo una vida hermosa y la gente que me quiere y me conoce sabe que yo no voy a cambiar la intensidad con la que vivo. Hoy puse una frase en Instagram que dice: “Los pájaros que están en la jaula ven volar a los demás y piensan que están enfermos”. Tiene un poco que ver con lo que pienso sobre cómo está la sociedad, con la falta de libertad.
Decías que se sufre siendo la primicia.
El lado b de nuestra profesión es que todo lo que te pasa y que podría ser puertas para adentro, pasa puertas para afuera. Pero me concentro en el adentro.
¿Te planteás hasta dónde mostrar?
Muchas veces expongo cuestiones que tienen que ver con mi manera de pensar y de vivir porque me parece interesante que un artista pueda mostrar un pensamiento y una manera sobre algo. Tengo una faceta popular que no elegí, y si puedo ayudar a otros a repensar su vida y naturaleza, ¡obvio que me gusta compartirlo porque entonces no tengo este espacio porque sí!
La libertad es clave en la crianza de tus hijos, ¿cierto?
Totalmente y me gusta hablar de eso. Cuando me dicen por qué cuento que mi hijo (Juan, 9) usa cosas color rosa es porque me gusta que quien tenga un pensamiento retrógrado y obtuso pueda entender que en el mundo de hoy los chicos pueden elegir los colores más allá de que eso sea o no una elección sexual. Y si fuera una elección sexual, pues los acompañamos, porque no hay otra manera de vivir la vida que ayudando a que nuestros hijos sean libres y felices. Y no me lo quiero guardar, porque sé que mi voz llega a mucha gente.
¿Cómo es ser madre de un adolescente? ¡¿Qué pasa con esta mujer tan sexy que ahora es suegra?!
¡Ahora soy suegra! Bueno, justamente por mi libertad sexual es que yo tengo una libertad con respecto a mis hijos. Toto hoy tiene una novia (Juana Tinelli), de la que está enamorado y yo lo banco. Es un hermoso adolescente. Creo mucho en la educación amorosa que le dimos con su papá y que hace que, si mi hijo quiere curiosear, no se lo voy a impedir, porque la vida no se vive bajo prohibiciones, pero sé que él siempre va a estar del lado del amor y de la vida porque así siento que lo criamos. Sé que la esencia de mi hijo no es autodestructiva. En un momento, hay que soltar a los hijos y dejar que tengan sus alas y elijan sus cosas, acompañándolos.
“Tomo el guante del lugar que ocupo, puedo tener voz y me siento en la obligación de hacerlo”
Por momentos pareciera que, a bofetada pura, hacés pensar a otros.
Claro, las bofetadas primero vienen hacia mí, y yo las reconvierto, no tiro la pelota afuera. Te juro que siempre pienso: “¿Qué me viene a contar esto, a mejorar qué parte de mi vida?”.
Lo interesante es que a la reflexión le sumás humor, una herramienta muy poderosa.
Sí, totalmente de acuerdo. A mí me salvó el humor. Chaplin decía que tragedia más tiempo es igual a humor. Te puedo asegurar que todas las tragedias de mi vida, hasta las más grandes, las he reconvertido con humor.
¿Sos una rompedora de estructuras y te encontraste con un hombre como Ramiro, que te dobló la apuesta?
¡Obvio! Esta relación vino a cambiar mi paradigma.
De hecho, has reconocido lo dolorosa que fue tu separación de Mariano Otero y que la llegada de Ramiro implicó pasar de una relación muy simbiótica a otra con un hombre que parecía lo opuesto a lo que creías necesitar.
Totalmente, sufrí mucho esa separación, fue una relación que a mí me hizo volar en mil pedazos y tuve que recoger los pedazos y decidir quién quería ser a partir de ahí. Para mí lo importante es demostrarme que yo fui evolucionando. Y esta es la mejor versión de mí misma, porque yo me estoy haciendo cargo por primera vez de mi naturaleza.
¿Cómo se organiza el día a día a la distancia y con un bebé en común?
Ahí vamos, tenemos ayuda, Rama tiene un trabajo donde maneja los tiempos; es abogado pero no trabaja 24 horas, entonces me ayuda y nos complementamos. Hace un mes que está en Buenos Aires y ahora vuelve a Salta unos días, ya estamos reorganizados, y además nos hace bien.
A partir de Felipe, te comprometiste muy fuerte con el pedido por la ley de trombofilia.
Ahí tenés, yo pude canalizar algo, que me era extraño y de lo que no sabía casi nada, en ayuda para los demás. Empecé a necesitar ser activa responsable y tomo el guante del lugar que ocupo, puedo tener voz y me siento en la obligación de hacerlo.
No hace tanto decías que a veces no tenías conciencia del peso de tus palabras. Ahora parece que te asumís como referente.
¡Sí, total! En estos dos años me cambió mucho la cabeza, ya no me importa si no me quiere todo el mundo, no voy a ser unánime. Me tengo que hacer cargo de admitir mi necesidad de ser parte de las cosas en las que creo, y acá estoy, esta soy.
¿En qué es experta?
“Soy experta en hacer muchas cosas a la vez y hacerlas bien, porque podría hacerlas mal. Mis mejores trabajos artísticos los he hecho, como quien dice, con el palo en el c… (risas). Y soy madre de tres, tengo una vida un tanto organizada para que eso suceda”.