Si decimos “Zumba ®”, probablemente no sepamos bien en qué consiste esta disciplina, pero con seguridad conocemos a alguien que la practica. Si bien se creó hace algunas décadas, hace pocos años que se comenzó a instalar en los gimnasios, donde compite con las tradicionales clases de bicicleta fija, pilates o entrenamiento funcional. Quienes ya la probaron no dudan en recomendarla, por lo tanto, la oferta en los gimnasios es cada vez mayor. A su vez, están los que llevan su pasión al siguiente nivel: disfrutan tanto de las clases que deciden prepararse para estar al frente de ellas, y se convierten entonces en instructores certificados, conocedores de todos los secretos del programa de entrenamiento.
SIMPLE Y DIVERTIDO
“Arranqué después de tener mi primer hijo. Fue la primera actividad con la que me conecté y que me dio energía. Me divierto, básicamente. Es tener una hora donde te despreocupás y te desconectás de tu rutina. Sumado a eso, ejercitás”, explica Judith, quien intenta reservarse dos horas a la semana para sus clases. Moverse, bailar y compartir un rato de diversión con otras personas son los principales motivos que llevan a la gente a introducirse en esta práctica. Lo cierto es que el ejercicio es indispensable para mantener la salud y muchos encuentran en Zumba® una forma divertida y amena de hacer una actividad física completa.
La instructora Adriana Guiot la defi ne como “una combinación de ejercicios aeróbicos con el baile, a partir de distintos ritmos, ya sea latinos o internacionales (bachata, salsa, rock, cumbia y country, entre otros)”. Se realizan pasos fáciles de seguir, pero el ingrediente principal es la música. En una clase de 60 minutos se queman entre 600 y 800 calorías, aproximadamente. De modo que, además de ser sencillo y entretenido, según aseguran sus creadores, resulta muy efectivo para quien quiere modelar el cuerpo.
“Se trata de un ejercicio disfrazado. La gente que toma una clase se divierte tanto que ni siquiera se da cuenta de que está haciendo una actividad. Hasta ambientamos el salón con luces de colores”, explica Gabriela Acosta, quien ofrece el entrenamiento tanto sola como junto a su marido, que también es instructor. La clase comienza con una entrada en calor y luego se realizan las coreografías, con diferente complejidad. Mientras suena la música, se trabajan todos los grupos musculares. Si bien en las clases no se hacen cortes, la gente puede parar si siente la necesidad de hacerlo y siempre tiene que contar con su botella de agua para hidratarse.
HAY LUGAR PARA TODOS
Quienes se acercan a las clases de esta disciplina son mayormente mujeres, aunque los profesores dicen que ya se empiezan a ver también algunos hombres. “No es necesario −señala Guiot− tener una preparación física, solo coordinación de movimiento y muchas ganas de divertirse”. Sin embargo, hay diferentes métodos, acordes con las distintas edades y necesidades físicas. El más conocido es Zumba ® Fitness, elegido por su intensidad media; pero también se ofrece Zumba ® Step y Zumba ® Toning, para los más exigentes; Aqua Zumba ®, en combinación con el agua; y los más suaves, Zumba ® Kids, adaptado para los más chicos, y Zumba ® Gold, para adultos mayores y personas con alguna discapacidad motriz.
“Es para todos, pero hay diferentes capacitaciones para que los instructores podamos dedicarnos a una clase de público”, resume Acosta, y advierte que cada instructor conoce a sus participantes y está al tanto de sus problemas de salud o sobre la existencia de alguna lesión. Recuerda el caso de una alumna que padecía una depresión y su psiquiatra le aconsejó tomar clases de Zumba®. Dijo que, gracias a la práctica, adquirió seguridad y ganas de salir de su casa. “Todo lo que viene de la rama de la danza es curativo”, explica.
Guiot coincide en que muchas alumnas llegan con estrés, depresión o angustia y que el ejercicio ayuda a mejorar la salud mental. “Al estar en constante movimiento se liberan endorfinas, unas hormonas que se generan con el estado de ánimo positivo. Además, el grupo socializa, así que lográs una clase muy armoniosa. Cuando llegás de mal humor te vas con una sonrisa”, cuenta. Otros de los beneficios que se le asignan son: el aumento de la flexibilidad del cuerpo y la autoestima, la mejora de la salud cardiovascular, y la reducción del nivel de colesterol y la grasa corporal. Por todos estos motivos, se dice que la actividad actúa a nivel físico, mental y emocional.
SOBRE EL ORIGEN DE ZUMBA®
Todo comenzó en un gimnasio de la ciudad colombiana de Cali, cuando Beto Pérez notó que había olvidado la música para su clase de aeróbics. Era la década del noventa, y él había grabado una selección de temas de la radio en un cassette que llevaba en su auto, que funcionó como insumo para la actividad. Fue tal el entusiasmo de la gente, que el profesor se dio cuenta de que había inventado una práctica nueva, pero no tenía dinero para desarrollarla.
Luego de años de estudio y trabajo como coreógrafo para artistas internacionales, Pérez se instaló en Miami, donde conoció a su socio, con quien fundó la compañía, que ya se convirtió en el programa de ejercicios más grande a nivel global. Al ser una marca comercial registrada, para ser un instructor autorizado es necesario acceder a una licencia.
¿LLEGÓ PARA QUEDARSE?
Como ocurre con toda actividad deportiva, antes de comenzar, los profesores sugieren pasar por un chequeo médico y tener la aprobación de un especialista para realizar el ejercicio. Muchos gimnasios ofrecen una clase de prueba y tanto instructores como alumnos aseguran que hasta atrae a los más sedentarios. Por el furor que causa, pareciera que no se trata de una moda, sino que la disciplina ya se instaló como una opción válida que cada vez eligen más personas.
Además de las clases, Zumba ® comenzó a expandirse como un movimiento de eventos multitudinarios. En todo el mundo se organizan los “Zumbathon ®”, encuentros a beneficio donde la gente baila y socializa, mientras que la entrada se dona para diversas causas sociales. También existen las “clases magistrales”, organizadas por más de un instructor, generalmente en lugares grandes o abiertos con una duración de, al menos, dos horas. De este modo, logra atraer más adeptos, con lo cual se generan nuevos espacios de vinculación y se renueva la propuesta.
“Cuando fui alumna me costaba tener continuidad, hasta que dije ‘hoy empiezo’. Ahora estoy del otro lado y no lo abandonaría por nada. Amo bailar y ver la alegría de mis alumnas es muy gratificante”, cuenta Guiot que, por su membresía, accede a las últimas coreografías y listas musicales creadas por la marca. Niños, jóvenes y adultos, hombres o mujeres, todos pueden verse atrapados por Zumba ®. Solo hay que apartar la vergüenza y dejarse llevar por las canciones.