Revista EXPERTAS quiere saber:
#¿Qué travesura hiciste en el colegio que no quisiste confesar?
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“Un día, le tenía mucha bronca a una compañera y le puse un sapo de juguete, tipo araña horrible, en su cartuchera. Ella gritó asustada, como si hubiese visto un dinosaurio, ¡jaja! Todas mis compañeras se dieron vuelta, mirándome porque sabían que había sido yo. Me llevaron a Dirección. Pero me mantuve en la postura de que no. Éramos muy pequeñas”
María Del Carmen Ascul
“De tanto llorar (porque no podía resolver las cuentas de matemáticas) me quedé sin voz… Como me llevaron a mi casa, volví a repetir la escena varias veces y haciéndome la que no podía hablar… Hasta que mi mamá se dio cuenta y me devolvió a la escuela sin miramientos.”
Ermelinda Gargiulo
“En el secundario. Rateadas para ir al río, a Alvear y el río, en Martínez. Creo que nunca me reí tanto; nos dolía la mandíbula de reírnos. ¡Jaja! ¡Que época divina! A mí, mis hijos me dicen que se ratean. Amo la confianza que me tienen”
Adria Tejidos
“Jugando al esgrima con dos cartulinas enrolladas junto a otro compañero, terminamos forcejeando con la puerta a tal punto que se cerró de golpe y el vidrio de arriba de todo se desprendió y se estrelló contra el piso”
Loly Duffard
“Jugaba al espadeo con un compañero, con una regla. De repente, él desapareció. Y cuando volvió al otro día, le habían dado puntos en la ceja. ¡Ohhhhh!”
Claudia Castagna
“Una vez en la secundaria rompí una ventana que tenía vidrio y me lo hicieron pagar; mis padres nunca se enteraron. Lo tuve que pagar con plata que me daban para el recreo”
Mariana Medina
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