¿Quién no sufrió alguna vez al ver un boyero de Berna o a un siberian husky caminando bajo un sol de 40 grados? La primera reacción es querer cortarle el pelo para refrescarlos, aunque esto no sea necesario. “Hay razas que no se deben pelar bajo ningún punto de vista, como es el caso del golden retriever, el samoyedo, el ovejero alemán o los siberianos. Ellos tienen doble capa de pelo y un crecimiento continuo. Si los pelamos, eliminamos el manto protector que regula el frío y el calor”, explica Daniela Scolaro, peluquera canina del centro que lleva su nombre, profesora y autora de El arte de la peluquería canina. Cuando pelamos a estos perros en verano, los dejamos desnudos y sin protección del sol ni del calor. Pasa lo mismo con razas de pelo corto, como el labrador, el Beagle o el bulldog. Entonces, ¿cómo solucionamos el tema del pelo excesivo en el verano? Scolaro menciona una técnica específica para este tipo de razas, que se llama deslanado. “Consiste en arrancar y arrastrar la lana que le sobra para alivianar el manto principal. El perro va a estar más fresco, pero no se afecta la protección que le confiere el manto”, detalla la especialista.
Es importante entender que cada perro es diferente en cuanto a tamaño, pelaje y cuidados. Por eso, no a todos se les puede pasar la máquina o hacerles el mismo corte. “Las razas a las que se les puede hacer peluquería tienen pelo cortical, esto significa que crece todo el año y no muda. Necesitan mantenimiento y arreglos. Esto sucede con el caniche, el bichón frisé, el maltés, el shitzu o el schnauzer”, dice Scolaro.
Peluquería en casa
“Tengo un schnauzer mini que requiere bastante mantención. Para ahorrar un poco, decidí cortarle yo. Fue un desastre. Entendí que tenía que aprender a cortar con profesionales o llevarlo a la veterinaria”, cuenta Valeria Delfino, dueña del perro. Mucha gente decide tomar las tijeras y convertirse en peluquera de su mascota, aunque el resultado no sea el ideal. El aporte de las técnicas, las instalaciones, las herramientas y la cosmética son lo que diferencia a un servicio profesional. “El peluquero canino tiene un rol, que es el de mantener el equilibrio, la salud y la belleza de una mascota que está en un ámbito doméstico. Si los dueños quieren ayudar desde la casa, yo siempre recomiendo el cepillado”, sostiene Scolaro.
Cepillar a las mascotas también fortalece los vínculos con sus cuidadores y hace que el animal se relaje y se sienta seguro. Además, se familiariza con los arreglos de su pelaje y no se estresa cuando se los realizan en el centro o en la veterinaria. “Si los perros asisten a la peluquería todo el año, se acostumbran, se portan bien y colaboran con los profesionales. En cambio, cuando el perro va una vez por año, lo más probable es que quiera morder y que se sienta agredido porque no está habituado. Pero jamás podemos contrarrestar la agresión del perro con una sedación”, sostiene la especialista.
Es necesario que se trabaje la conducta del animal y se lo entrene. Para ello, quienes los atienden deben estar formados en el área de salud, de estética y de comportamiento canino. “En los casos en los que es necesaria la sedación, esta se realiza bajo indicación y supervisión de un médico veterinario”, dice Scolaro, y comenta que en alguna ocasión tuvieron animales con lesiones, nudos y zonas difíciles de abordar que requirieron una sedación leve.
Costos
La peluquería tiene distintos valores en lo que se refiere a baños, dependiendo del tamaño, el pelo y la raza. Con respecto a los cortes, los precios también presentan una gran variedad según las necesidades y características de cada mascota.
Los costos más altos son los que llevan las razas grandes y las que requieren mucho trabajo de tijera, como el caniche gigante o el bichón, que requieren más tiempo de atención.
“Si el cliente tiene continuidad y asiste cada dos meses, los peluqueros vamos a tener la posibilidad de hacer un precio amortizable. Si viene una vez por año, lo más probable es que le salga caro porque nos llevará más tiempo”, explica Scolaro.
Felinos
La peluquería felina también existe, aunque en nuestro país no es tan común como lo es la canina. Con los gatos, el trabajo es más espaciado porque ellos tienen el hábito de limpiarse a sí mismos. Sin embargo, al igual que con los perros, una buena forma de cuidar su pelaje es mediante el cepillado, así lo cuenta la lectora Martina Vidal. “A mi gata Kitty le encanta que la cepille todos los días, además, le saco un montón de pelo y eso hace que mi casa esté limpia”. Scolaro concluye: “Existen cepillos de goma y manoplas de caucho sumamente suaves, que eliminan toda la suciedad sin afectar la sensibilidad extrema que tienen los gatos. El cepillado es importante para eliminar el pelo, especialmente en razas de doble capa, como el persa”.
Pelo Saludable
El pelaje de las mascotas va a estar en equilibrio si el animal tiene una vida saludable. Esto se logra con:
- Buena nutrición. El alimento es la clave del pelo sano.
- Ejercicio al aire libre para lograr un manto funcional que regule el frío y el calor.
- Mantenimiento del pelaje con maniobras profesionales. El correcto corte, secado y cepillado evita olores y hongos.
- Cepillado en casa todos los días.