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Con los días cálidos, los pies quedan expuestos por el uso de ojotas y zapatos abiertos.

Cómo lucir los pies en verano

Con los días cálidos, los pies quedan expuestos por el uso de ojotas y zapatos abiertos.

Durante el año, los pies se ven sometidos a todo tipo de maltratos, como la presión de botas y zapatos cerrados. Puede ser que no se les preste demasiada atención porque están “escondidos”, pero cuando llega el calor es necesario tener las uñas cortas y con buena forma, además de los talones lisos y suaves.

Belleza de pies

Consultamos a Belén Medina, pedicura de un centro de estética de Del Viso, quien nos dio algunos tips para hacernos una belleza de pies en casa. Hay que empezar por remojarlos para que las uñas y la piel se vuelvan más flexibles y fáciles de trabajar. Otra alternativa es aprovechar el momento después de bañarse.

Luego hay que recortar las uñas con un alicate, cuidando de hacerlo en forma recta y no siguiendo su forma natural. De esta manera, se evitará que se formen las dolorosas uñas encarnadas, que al crecer se “incrustan” dentro de la piel. Después hay que limarlas, esta vez sí siguiendo su forma natural, redondeando los lados.

El tamaño de la uña es a gusto de cada una: hay personas que prefieren llevarlas lo más pequeñas y cortas posibles, otras buscan un tamaño intermedio. De todos modos, conviene tener presente que llevarlas largas puede ser perjudicial, ya que al chocar contra la punta de zapatos y zapatillas se pueden ajar e incluso traumatizar; así se corre el riesgo de que se caigan, advierte la especialista.

Una vez pasada la lima, se empujan las cutículas con un palito de naranjo o algún accesorio específico y se cortan los excesos de piel de los costados. También conviene eliminar las durezas de la base del dedo gordo y de la planta del pie, especialmente de los talones. Se puede usar una escofina o un trozo de piedra pómez humedecida, frotando enérgicamente sobre las zonas a tratar.

Tras esta etapa, se aplica una crema exfoliante de uso comercial o una casera que preparamos con dos cucharadas de crema humectante y una de azúcar. La mezcla se frota vigorosamente por toda la superficie de los pies, que luego se enjuagan y secan cuidadosamente.

A elegir el esmalte

Cuando ya se logró el aspecto deseado de pies y uñas, siempre hay que proteger estas últimas con calcio o esmalte, aunque sea incoloro. Se da una primera capa de base, luego dos manos del tono elegido y una última de capa acrílica protectora. Nunca se debe aplicar un color de esmalte oscuro directamente sobre la uña, ya que puede dejar una pigmentación difícil de remover. Es importante que se seque muy bien el esmalte con los pies descubiertos; esto puede llegar a tomar hasta una hora si el día está muy húmedo.

Si preferimos que una pedicura nos haga la belleza de pies, el procedimiento es similar, pero esta suele utilizar un torno profesional para pulir talones y durezas. Si está muy entrenada, puede llegar a tratar uñas encarnadas y callos, aunque, en estos casos, lo más adecuado es consultar a un podólogo.

 

Algo más que estética

Cuando los pies tienen trastornos que provocan molestias, lo adecuado es hacer una consulta con un podólogo, que, como su nombre lo indica, es un “experto en pies”. EXPERTAS entrevistó a Juan Moumary, un podólogo de San Isidro que cuenta con 30 años de experiencia, y nos explicó que esta disciplina se enseña en la Universidad de Buenos Aires desde 1973. Allí, los alumnos aprenden a tratar pies con diferentes patologías y cursan materias como Anatomía, Fisiología, Patología Médica, Mecánica del Miembro Inferior, Ortoprótesis y Traumatología, entre otras.

Moumary informa que en su gabinete se abarca desde la onicocriptosis (más conocida como uña encarnada); remoción de callos, callosidades y verrugas, hasta el tratamiento de manchas, máculas, pápulas y hongos. También se realizan trabajos de ortoniquia (equivalente a la ortodoncia para la dentadura), que utiliza prótesis de silicona para, entre otras cosas, modificar la postura de los dedos. También se pueden enderezar uñas que crecen con una dirección o forma incorrecta, e incluso realizar el reemplazo de alguna uña con material acrílico.

Además de lo enunciado, se evalúa la necesidad de derivar al paciente para la consulta con un clínico, dermatólogo o traumatólogo. De todos modos, este profesional indica que, aun cuando no se tengan los problemas mencionados, lo conveniente es realizar una podología preventiva para evitar dolores en el futuro.

Soluciones al paso

A la hora de revisar los pies antes de calzarse las sandalias, hay que comprobar algunos aspectos:

Talones suaves y sin grietas. Se mantienen impecables si cada noche, antes de acostarse, se humectan con una crema espesa. Al ducharse, pasar la piedra pómez o la escofina.

Plantas y dedos sin callos. Los callos son una acumulación de piel que se va endureciendo con el roce y genera dolor. Se pueden tratar con piedra pómez o aplicando pequeños apósitos de silicona para proteger la zona dañada.

Dedos y uñas sin hongos. Si se concurre a una pileta o vestuario público, hay que tener la precaución de circular siempre con ojotas o sandalias plásticas y secar muy bien los pies al salir del agua o de la ducha.

 

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