Durante el año pasado, aproximadamente cada treinta horas un gato encontró nuevo hogar gracias a El campito felino. Fueron 285 los animales rescatados, en muchos casos curados y luego adoptados.
El origen de este centro de adopción, recuperación y tránsito es algo difuso y se remonta a más de veinte años atrás: María, “La Pili”, era una señora mayor que, en un terreno perteneciente al Estado, cuidaba gatos. Por allí pasó, hace 17 años, Elva Vilte, quien, al ver a María, decidió ayudarla. Poco tiempo después, quedó sola al frente de la responsabilidad de mantener el lugar y hoy es la presidenta de la asociación civil que creó para darle un marco más formal al lugar.
Cuando se embarcó en este tema, había allí 30 gatos. El número creció rápidamente hasta más del doble y, aunque oscila bastante, actualmente sobrepasa los cien. El desborde fue lo que la motivó, primero, a abrir una página de Facebook para pedir ayuda y ofrecer gatos en adopción. Tuvo que pensar un nombre, y se decidió por tomar prestado el del reconocido refugio para perros El campito.
Durante unos años, el lugar estuvo próximo a cerrar, ya que un grupo de vecinos de Belgrano le reclamaba al gobierno que convirtiera en parque un tramo del barrio que incluía a El campito felino. Fue el momento en que se fundó la asociación civil, ente mediante el cual se pudo negociar una continuidad de las actividades. Sin embargo, dada la imposibilidad de construir y techar el predio, muchas veces los gatos más enfermos son trasladados a casas de colaboradores, incluyendo la de Elva.
Para financiarse, dos veces al año, El campito felino realiza una rifa. Su presidenta, además, pone el cuerpo y vende, en ferias, cerámicas que ella misma produce (habilidad que adquirió específicamente para juntar más fondos para el lugar). Cuando algún caso especial lo requiere (operaciones, tratamientos extensos, por ejemplo), se publica en las redes el monto que es necesario reunir, y la comunidad aporta donaciones.
Todo el esfuerzo tiene un único fin: salvar. “Si no existe esto, muchos animales terminan muriendo. Si nadie lo hace, un animal atropellado o que se cae de un balcón en tres horas se termina de morir, lo alzan y lo tiran a un tacho de basura. Es darle una oportunidad a cada animal. Ver a un gato destruido que con dos cirugías vuelve a caminar y en tres meses está durmiendo en un nuevo hogar es hermoso”, concluye Elva.
¿Cómo colaborar?
Se puede contactar a El campito felino a través de:
Facebook: ElCampitoFelino
Correo: elcampitofelino@yahoo.com
WhatsApp: (1160141347)