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POR LORENA GUARINO*

Cómo planificar la ansiada reunión familiar, y los gastos que estas celebraciones conllevan.

POR LORENA GUARINO*

Cómo planificar las compras de fin de año

Cómo planificar la ansiada reunión familiar, y los gastos que estas celebraciones conllevan.

Aunque de una manera inusual, se acercan las fiestas de fin de año, y no solo hay que planificar cómo será la ansiada reunión familiar, sino también los gastos que estas celebraciones conllevan.

Seguramente, no serán multitudinarias y primará el cuidado de nuestros seres queridos por sobre los grandes festejos. Pero, aunque pequeñas, estas reuniones no deben perder la magia y la dedicación que les brindamos cada año.

Con una buena planificación podremos disfrutar de una velada especial sin generar gastos excesivos e innecesarios.

No es que sea malo querer gastar y hacer un festejo único, lo importante es hacerlo de forma consciente. Para ello, es necesario tener una especie de “plan de vuelo” y no dejarse llevar por los impulsos.

Lo primero es saber qué tanto del presupuesto del mes podremos dedicarles a esos festejos. Así estableceremos un monto del cual no debemos movernos para evitar caer en deudas y gastar dinero que no tenemos.

El segundo paso es establecer prioridades y, sin dudas, la mesa navideña es una de ellas.

Es importante planificar el menú acorde con la cantidad de comensales. No tiene sentido preparar una gran variedad de comidas si sabemos que vamos a tener una reunión más pequeña que las de años anteriores.

Empecemos por la lista de invitados y tratemos de armar el menú de acuerdo con sus preferencias. De esa manera nos aseguraremos que nuestras preparaciones sean disfrutadas y no se desperdicie ni comida ni dinero.

Si hay alimentos que se pueden comprar con antelación, los primeros días de diciembre son ideales para poder stockearnos y no correr al supermercado a último momento, que es cuando algunos precios suelen dispararse. Si no podemos anticiparnos, aprovechemos las ofertas y descuentos que aparecen en esta época del año. Además, podremos adelantar la elaboración de algunos platos y no llegar estresados a fin de mes.

Si la celebración es familiar o con amigos cercanos, quizá puedan compartirse los gastos de la cena o de las bebidas, un ítem en el que se desembolsa mucho dadas las altas temperaturas.

Luego de tener listo el menú, es la hora de los regalos. Si quisiéramos achicar un poco los gastos podemos elegir solo obsequios para los más pequeños de la casa y mantener intacta la magia de Papa Noel. En el caso de los adultos, se puede armar una especie de “amigo invisible”. Si la idea es que haya regalos para todos, seleccionemos un monto fijo por regalo y tratemos de no pasarnos de ese límite.

Si cumplimos con todos estos objetivos al pie de la letra, seguramente enero no nos encontrará pagando cuentas interminables.

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