Tu progreso

NUEVOS COMIENZOS

Convertirte en tu propia jefa es posible.

NUEVOS COMIENZOS

¿Cómo desarrollar un emprendimiento?

Convertirte en tu propia jefa es posible.

Necesidad de administrar el tiempo propio o ganas de estar más cerca de los hijos y los afectos, falta de motivación, cansancio por hacer siempre lo mismo durante años. Algunos (o varios) de esos motivos suelen estimular a las personas a abandonar la relación de dependencia y a enfocarse en un proyecto propio. Y esto es independiente de estar conforme o no con la profesión elegida o con el trabajo desarrollado.

Tal vez, llegó el momento de hacer eso que tanto te gusta y hasta ahora no te animabas. “Hay un universo de posibilidades al alcance. Solo hace falta determinación, constancia y calidad en lo que se haga para lograr el resultado final. No es inmediato, aunque con persistencia siempre se logra. Así funciona. El 95 por ciento de las personas empiezan un proyecto y lo dejan sin terminar o se desaniman. Es importante decidir si uno está en ese 95 por ciento que lo intenta o es parte del cinco que prefiere seguir siendo cómoda”, desafía Daniel Colombo, motivador y master coach especializado en directores, alta gerencia y profesionales, y autor de 21 libros.

 

LAS REGLAS BÁSICAS

En diálogo con Revista EXPERTAS, el especialista detalla cómo poner en marcha esa idea que nos quita el sueño y no sabemos activar.

.Analizá el mercado mientras te ponés en acción: reuní toda la información posible. Relevá de cinco años a esta parte sobre experiencias parecidas, chequeá qué están haciendo en el mismo segmento en otros lugares del mundo. Esto te traerá inspiración.

.No dejes tu actividad hasta no ver resultados concretos: esto puede llevar aproximadamente un año desde el comienzo. Mientras tanto, aprovechá los contactos de la ocupación actual para promover la nueva.

.Buscá espacios durante el fin de semana o destiná un par de horas fijas al día a la actividad nueva: gradualmente, achicá la cantidad de horas destinadas a la actividad anterior, y aumentá las dedicadas a la nueva.

.Pensá un logotipo sencillo con un nombre atractivo y a la vez potente: es importante llamar la atención diseñando tarjetas personales con el logo del nuevo emprendimiento. Sumale volantes, afiches, vinilos, calcomanías.

.Promové la actividad primero en el barrio: desde repartir volantes, organizar un evento relacionado con el emprendimiento hasta abrir una página en Facebook e ir subiendo fotos con regularidad, con comentarios y detalles de cada producto/servicio.

.Realizá acuerdos y alianzas con otras personas: para que puedan revender el producto.

.Si disponés de poco capital, no inviertas todo: asigná un monto que para el proyecto sea significativo, pero que no haga peligrar tus finanzas. Proyectá un año de actividad y, cada seis meses, evaluá el resultado. Es importante llevar la contabilidad bien organizada y prolija en un cuaderno o libro contable sencillo (Debe/ Haber) para registrar cómo están los números.

.Enfocate en el negocio además del producto o servicio: un error frecuente es hacer lo contrario, que es lo más apasionante, diseñar la marca y posicionar el producto, pero así se descuida el negocio. Un emprendimiento es una empresa pequeña que necesita ser cuidada desde el arranque.

.Evitá trabajar con familiares y amigos: es contraproducente, aunque a priori parezca lo contrario. Las relaciones se confunden y en algún momento será un búmeran que volverá en contra. Es más sencillo dirigir equipos con los que no tengas vínculos afectivos. En todos los casos, es importante asesorarse sobre las formas de contratación actuales para evitar problemas legales.

.Escribir las metas del proyecto: leerlas antes de irse a dormir y al levantarse, puede servir como motivación, al igual que corregir los errores que puedan presentarse y asumirlos como una forma de mejora continua.

LANZARSE AL VACÍO, ¿SÍ O NO?

Cuando Yamila Lleonart se casó, conoció un mundo del que no pudo salir: la ambientación de eventos. Entonces creó Bendita deco y comenzó a alternar su trabajo en una compañía de seguros analizando riesgos de vida, con la ambientación de fiestas de conocidos. Hizo cursos de todo tipo (diseño gráfico y 3D, ambientación) y abrió una cuenta en Facebook en la que promocionaba los eventos que organizaba. Sumó servicios de gráfica (invitaciones, números de mesas, candy bar) y así fueron llegando las recomendaciones.

¿Una de sus estrategias de marketing? Le envió los souvenirs a Amalia Granata cuando nació su bebé; ella le agradeció en las redes y sumó, en pocos días, mil seguidores. Las primeras ganancias las fue invirtiendo para comprar sus propios productos de decoración o para capacitarse. Y, si bien aún mantiene su antiguo trabajo, se tomó licencia sin goce de sueldo y está viviendo de su emprendimiento, al que le dedica aproximadamente cuatro horas diarias. “Tal vez siga un tiempo con ambos en paralelo hasta crecer más. Hoy, trabajar desde casa me permite estar con mi bebé de ocho meses, organizar mis propios horarios y disfrutar de algo que me apasiona”, cuenta.

La constancia y el orden son dos de los factores más importantes en el camino al éxito, pero también hay una dosis de aventura: llega una instancia en la que hay que lanzarse al vacío para poder dedicarse tiempo completo a la nueva actividad. En algunos casos, la apuesta será realizar una inversión, alquilar un espacio o abrir una sala para exponer los productos; y en otros, dejar el trabajo actual que genera el ingreso fijo y seguro cada mes.

 

EL MOMENTO ADECUADO

¿Cómo saber si el proyecto es realmente sólido para dar ese paso? Este termómetro puede ayudar a saber si es el momento:

Evaluá el contexto. Si en tu casa no tenés gente a tu cargo y podés achicarte en tus gastos personales por un buen tiempo, no es mala idea intentarlo. Si, en cambio, sos quien genera el único ingreso fijo y estable en el hogar, si tenés hijos o padres que dependen económicamente de vos, pensalo dos, tres y hasta cuatro veces. ¿Están dadas las condiciones para el cambio? Si no terminás de decidirte, armar una transición es clave. Negociá trabajar media jornada o trabajar algunos días desde tu casa en tu empleo actual y así dedicarle más tiempo y cabeza a esto otro que te interesa impulsar.

¡Des-pa-ci-to! soñá grande, pero empezá chiquito. Por ejemplo, si querés dar clases de inglés, te conviene alquilar un espacio en lugar de montar tu propio instituto. De esta manera, sin grandes gastos, podrás ver cómo se maneja una sala de este tipo, qué inversión requiere, cuántos alumnos tienen que ir para que sea rentable, etc. Si, en cambio, planeás tener tu propio negocio de decoración, recorré con un stand ferias de diseño y tanteá el mercado.

En el caso de que tu proyecto esté ligado a organizar fiestas infantiles, podés arrancar a delinear fiestas de niños cercanos, repartir tarjetas, hacer lindas fotos y subirlas en todas las redes (incluso, por poco dinero, se puede promocionar tanto en Facebook como en Instagram para que los posteos lleguen a más personas).

Las alternativas son de lo más variadas, y en cada proyecto se puede encontrar la vuelta para subir de forma escalonada. Pamela Tifner dibujaba figurines de moda en el pupitre de su secundaria. Soñaba con ser diseñadora y crear su propia colección de ropa. Estudió diseño de indumentaria y tuvo todo tipo de trabajos, pero no eran lo que ella quería. Como tenía una máquina de coser y poco espacio en la casa familiar, decidió armar ropa interior (porque lleva poca tela).

Los primeros conjuntos se los vendió a sus amigas, que pronto corrieron la voz. “Como eran productos chicos, iba a vender al colectivo, con los conjuntos guardados en los bolsillos”, recuerda. Al año, comenzó a verlo como un negocio e hizo la primera inversión, compró más tela y aumentó la producción. Pensó un nombre, un logo y abrió páginas en Facebook e Instagram. Patentó la marca (García de Jesús) y comenzó a enviarles productos a famosas para que, a cambio, le hicieran publicidad. Así llegaron las primeras seguidoras y la expansión de la marca. Hoy pudo dejar su antiguo trabajo, abrió un local en Palermo, hace envíos a todo el país y son tres personas trabajando en el emprendimiento. La clave: “Mientras crezco, aprendo, y el no haberme mandado en el inicio con grandes producciones me sirvió para que las veces en que no había ventas no fuera tan fuerte la crisis”. Paso a paso.

seguí leyendo: Tu progreso