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Consejos para disfrutar del sol sin riesgos

Bronceado saludable

Consejos para disfrutar del sol sin riesgos

La piel bronceada nos hace sentir más atractivos y vitales, la ropa se luce mucho más y se disimulan ciertas imperfecciones de la piel. También tiene sus riesgos, ya que el sol del verano llega con toda su potencia y hay que respetarlo.

 

Dos o tres semanas antes de empezar a tomar sol hay que preparar la piel; lo ideal es hacer una buena exfoliación para eliminar las células muertas y luego hidratarla a fondo. Para ello no hace falta gastar en productos especiales: basta con mezclar dos cucharadas de azúcar con cuatro de la crema humectante corporal que usamos habitualmente. Con esta pasta se frota todo el cuerpo enérgicamente con movimientos circulares, haciendo hincapié en piernas y brazos, y en especial en la zona de los codos, las rodillas y los pies. Enjuagar con agua tibia y secar con una toalla suave; ¡ya estamos en condiciones de encremar bien la piel! Al estar los poros libres de impurezas gracias a la exfoliación, el producto penetra con mayor facilidad y es más efectivo.

Nutrición para lograr un buen bronceado

Algunos alimentos son grandes amigos de la piel por su contenido de betacaroteno, un pigmento natural de color rojo o naranja que ayuda a activar la melanina y favorecer el bronceado. Se puede encontrar en las zanahorias, damascos, calabaza, mango, tomate y ají rojo. Es recomendable empezar a consumirlos dos semanas antes de exponerse al sol, cuando el caroteno ya logró su nivel adecuado de concentración en el organismo. Una receta infalible es licuar zanahoria rallada con agua y beber dos vasos al día. Se puede combinar con jugo de naranja o saborizar con un sobrecito de edulcorante.

 

Los alimentos con vitamina C ayudan a frenar la acción de los radicales libres que causan el envejecimiento prematuro de la piel. Estas vitaminas se encuentran en el kiwi, la naranja, el pomelo, la mandarina, el limón, las frutillas y las moras. La vitamina E también es una potente enemiga de los radicales libres y se encuentra en los aceites vegetales, el germen de trigo, los frutos secos, los cereales integrales, la palta y las verduras de hoja verde.

 

Elegir el bronceador perfecto

El protector solar es clave para lograr un bronceado atractivo y saludable. Lo ideal es que tenga un factor de protección de 15 o más (ver recuadro). La textura también es importante: los muy aceitosos o cremosos no son adecuados para personas con piel grasa. En estos casos, los ideales son los que vienen en aerosol o atomizador, que son más fáciles de aplicar, ya que no ensucian o engrasan las manos. Si se va a la pileta o al mar, conviene elegir uno resistente al agua. Lo mismo vale si se va a hacer algún deporte bajo el rayo del sol, porque el producto puede ser eliminado con la transpiración.

 

Los primeros días hay que usar pantalla protectora y nada de bronceador, para evitar el “efecto camarón”. Hay que renovarlo cada dos horas, ya que su efecto se va aminorando con el sudor y la exposición al agua de la pileta o del mar. Cuando se toma sol, hay que beber mucho líquido, entre dos y tres litros al día, que pueden ser de agua o de bebidas o infusiones sin azúcar.

 

Bronceado sin sol

Para quien no le gusta estar al sol o no tiene el tiempo, la paciencia o la oportunidad, lograr un lindo bronceado es posible con los autobronceantes. Vienen en crema o aerosol y tienen la ventaja de que dan color sin los peligros de los rayos UV. Su ingrediente activo es la dihidroxiacetona o DHA, un producto químico que reacciona con la capa superficial de la piel dando un tono dorado. El tono aparece entre las tres y las cinco horas y se va eliminando con el paso de los días.

 

Tienen algunas desventajas: puede producir manchas con “efecto cebra” si no se los aplica correctamente, en especial en la zona de los pies, codos, rodillas y manos. En algunas personas pueden dar una coloración poco natural o provocar alergia; por eso primero conviene hacer una prueba en la piel y esperar 24 horas. Luego de aplicar el producto, hay que dejarlo secar durante 20 minutos para que no manche la ropa. Una vez logrado el bronceado, hay que usar igualmente protector solar, ya que esta pigmentación es solo superficial.

Cómo cuidarnos

Debemos aplicar filtro solar de amplio espectro 15 o más (ver recuadro) una hora antes de la exposición al sol y renovarlo cada dos horas. También conviene utilizar lentes de sol con filtro para la radiación UV. Los niños menores de seis meses deben estar siempre a la sombra; pasada esta edad, ya pueden estar al sol hasta las 10 de la mañana y después de las 3 de la tarde, siempre con protector solar de amplio espectro.

 

Los días nublados también hay que cuidarse, porque las nubes dejan pasar los rayos. El efecto en la piel de los rayos UV es acumulativo e irreversible, por eso, protegerse del sol es fundamental para evitar lesiones o quemaduras que con el tiempo pueden producir envejecimiento, arrugas, manchas, flaccidez, pérdida de elasticidad, además de aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de piel.

 

Qué es el FPS, SPF o factor  de protección solar

Este valor indica el tiempo durante el que un protector solar actúa para que los rayos ultravioletas (UV) no lleguen a la piel. Por ejemplo, una persona que normalmente se pone roja a los 10 minutos de estar al sol, tardará 15 veces más en hacerlo con un protector de factor 15, o sea, 150 minutos, o dos horas y media.

El FPS se indica en el envase del producto; a partir de 15 ya ofrece una buena protección, ya que bloquea el 93% de los rayos UV. El factor 30 bloquea el 97% y el factor 50 el 99%.

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