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POR LORENA GUARINO*

Después de un año atípico, pensar en la vuelta a clases nos plantea varios desafíos.

POR LORENA GUARINO*

El desafío de volver a preparar la vianda

Después de un año atípico, pensar en la vuelta a clases nos plantea varios desafíos.

Después de un año completamente atípico, pensar nuevamente en la vuelta a clases nos plantea varios desafíos. Sin dudas, el tema de la comida de los más chicos es clave luego de un largo período en el que, desde casa, pudimos ocuparnos de darles una alimentación sana y equilibrada sin las corridas que implica la rutina cotidiana.

En la mayoría de los casos, los chicos se adecuaron a una alimentación más equilibrada, pero ¿cómo hacemos para que continúen con esta forma de comer en la vuelta a las aulas, donde abundan las golosinas y la comida rápida, sobre todo para aquellos que hacen doble jornada?

El terreno ganado está en que seguramente los chicos ya no sean tan reticentes como antes a ciertos alimentos como la verdura y las frutas, las cuales podremos incluir sin problema.

Retomar la rutina de la preparación de las viandas no es fácil, así que vamos paso a paso para optimizar tiempos, preparar un almuerzo nutritivo y ahorrar.

Lo más útil es prepararlo la noche anterior, junto con la cena, para no correr a la mañana cocinando al mismo tiempo que servimos el desayuno.

No desestimemos el reciclado de aquella comida que nos sobró y que podamos transformar en otro plato. Otra opción al hacer la cena es cocinar de más y tener como aliado al freezer, lo que nos permitirá solucionar viandas futuras.

Para una alimentación saludable es necesario que siempre incluyamos una proteína (carne, pescado, huevo, quesos), un carbohidrato (pasta, arroz, legumbres, granos) y una verdura. La clave está en evitar los alimentos con alto contenido en grasas, como las hamburguesas, los panchos y las galletitas; los productos congelados, que poseen altos niveles de sodio, y los azúcares como las golosinas.

Teniendo la comida principal solucionada de antemano, la mañana será el momento de la complementación y el armado. A la lunchera podremos agregar una fruta, yogur o postrecito, sin olvidarnos de alguna bebida. Es recomendable dejar de lado las bebidas azucaradas e incentivar a los chicos a tomar agua o un juego exprimido. Solo será cuestión de costumbre que puedan adquirir este hábito. Eso sí, lo que nunca debemos olvidar son los sobres refrigerantes para que los alimentos no pierdan la cadena de frío.

Pensando en estos parámetros podremos también hacer las compras diarias, de modo tal de contemplar tanto en la alimentación de todos los días como en la que llevan los chicos al colegio. Todos los productos deben ser parte de la pirámide alimentaria. Si tenemos esto en cuenta, las combinaciones son infinitas y la posibilidad de buscar promociones y buenos precios también.

Solo hace falta pensar un poquito el menú en base a estos alimentos, y preparar la vianda ya no será esa tediosa tarea que hacemos a la noche o a la mañana, justo cuando estamos más cansados o apurados.

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